La Palabra y el Silencio

 “Todo pequeño movimiento o incidente resulta en un sonido; ya sea el cierre de un párpado sobre el ojo, o la caída del rocío sobre un pétalo.

 El rango de nuestro oído está limitado a lo que podemos oír.

Hasta una venenosa cobra puede ser tranquilizada mediante la música. El sonido tiene esa propiedad.

 El niño en la cuna deja de llorar apenas se canta una canción de cuna.

Puede que el sonido no transmita un significado interpretable para el niño, pero sí suaviza los nervios e induce el sueño.

Así también, el sonido de una palabra es tan valioso como su significado”. SSB

 

En la practica del Ho´oponopono  es el poder creador de la palabra lo que esta ayudando con la transmutación, solo “digo”, es la fuerza de la palabra la que trae a mi realidad aquello que estoy nombrando.

Algo que aprendí un tiempo después de haber comenzado mi práctica, es que cuando digo las frases del Ho´oponopono, tan solo las digo sin tratar de sentir nada, y la explicación es que mis sentimientos también son memorias y si por ejemplo digo “te amo , gracias”  y trato de SENTIR quedo atrapado nuevamente en la memoria, generalmente, lo que nosotros llamamos amor, es al amor con apego, el amor humano.

En cambio el amor al que estamos invocando es al amor universal, sin ningún tipo de apego. Decir “Te amo , gracias”  constantemente, me mantiene en una vibración muy elevada, y por consiguiente atraigo la misma frecuencia en todo lo que me rodea.

La tendencia humana es a la sensación, identificarse con el cuerpo físico, con lo sensorial, a eso es lo que llamamos ego. Mi cuerpo es mi vehículo, YO SOY la conductora de ese vehículo, pero yo no soy el vehículo.

Hay una frase que describe claramente esto, “el nombre y la forma, significan presencia”, cuando digo el nombre, evoco la forma y eso es presencia. Si digo blanco, inmediatamente mi cerebro evoca ese color, y ¿que sucede? La presencia del color blanco esta ante mí.

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. Juan-1

 

Cuando digo Te amo, sin sentir nada evoco al amor verdadero y es eso lo que llega a mi vida El amor con apego esta lleno de condicionamientos… te amo porque eres mi hijo, te amo porque me gustas, te amo porque te necesito, te amo porque me complaces…etc.

Para entender el amor universal puedo poner como ejemplo, el aire que respiramos, que no hace distinción ni condicionamientos, simplemente se entrega, y aquí estamos tu y yo respirando desde el día en  que nacimos sin haberlo pedido ni agradecido jamás, tu y yo respiramos al igual que lo hace cualquier ser humano o bestia  en el mundo, el aire simplemente se nos da. ¡Así como el sol, el agua o la sombra de un árbol!

Como la palabra crea, también el silencio lo puede hacer o por lo menos evita destruir.

Si me mantengo en silencio, pero en un silencio verdadero, tratando de acallar mis pensamientos, (que no son otra cosa que mis memorias en un parloteo constante) podré escuchar claramente lo que viene por inspiración.

 Una forma de calmar mis pensamientos es respirando pausada y profundamente. Cuando hago eso mi mente se calma, bajo la velocidad dejo que llegue la paz.

En el taller de ayer comentamos sobre un libro llamado “ Conversaciones con Dios”, en el, su autor describe una serie de conversaciones que supuestamente el ha tenido con Dios. Yo les puedo decir que todos nosotros podríamos haber escrito ese libro, ya que Dios nos habla en todo momento.

Solo tengo que mantenerme en silencio y escuchar, cuando Dios me habla tengo paz y claridad, cuando lo que escucho me produce miedo o ansiedad es que mi pequeña mente,  llena de memorias  está en actividad  llevándome por caminos tortuosos.

Acompáñame a experimentar esto. Siéntate cómodo/a, no importa donde te encuentres si estas en medio de una multitud o en absoluta soledad.  Respira lentamente y cierra tus ojos, solo concéntrate en tu respiración y deja que esa voz te hable suavemente… estoy segura que pudiste oírla, desde el momento que hiciste un alto, un poco de silencio, la inspiración vino a ti.

Algo que se me quedo grabado desde la época en que trabajaba en la cocina del Ashram, fue un letrero que había en la pared, que decía:

“Antes de hablar piensa: Si es necesario, si es verdad, si es amable, si lo que vas a decir puede dañar a alguien,  si así  lo haces, fortalecerás  cada vez más tu disciplina del silencio”

Divino Creador Padre, Madre, Hijo, los tres unidos en uno, hoy te entrego todos mis apegos, sobre todo mi apego al bullicio y la palabrería para que tu los transmutes en luz, envíame en medio del silencio de mi mente: Tu palabra creadora

Y así esta hecho

Lo siento, perdóname

Te amo

Gracias

 

Ana María

 

Add a Facebook Comment

2 pensamientos en “La Palabra y el Silencio

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Anti-Spam Quiz: