El secreto, está en las palabras

Cuando el famoso investigador,  Max Freedom Long, llegó a Hawaii en 1917, encontró una gran dificultad para hallar información sobre el conjunto de practicas y creencias llamadas Huna.

Quienes guardaban toda la información,  eran los Kahunas o “Guardianes del Secreto”,  ellos pertenecían a una sociedad hermética.

En 1935, luego de 18 años de investigación, Max  tenía  poca  información recopilada, en ese entonces,    el no había conseguido descifrar el misterio, y decide regresar  a Inglaterra, sintiéndose de alguna manera, derrotado.

Tres meses después, mientras dormía, recibe  en un sueño la respuesta:

 ¡ el secreto esta en las palabras!

Las simples palabras que pronunciamos al practicar el ho´oponopono,  son las que guardan el poder que utilizaban los Kahunas y que las hace infalibles.

Esas palabras son la clave para autorizar,  a las fuerzas creadoras de lo Divino, para intervenir en determinados sucesos.

¿Quien puede negar la existencia de un orden universal?

Existe un poder detrás de cada amanecer y atardecer, en la creación y también en la transformación  y la destrucción de los elementos.

Lo simple, no parece suficiente. Sin embargo, todo en la naturaleza es simple.

Alguien me dijo una vez:

“Me niego a  creer,  que repetir dos simples palabras, pueda cambiar mi vida”

Mi respuesta fue: “Imagina cuán poderosas son, que no puedes con ellas”

Aquello que sucede una y otra vez,  al decir un: “Te amo, gracias”, es mas efectivo y permanente que lo conseguido en años de investigación científica para crear en laboratorios,  drogas que generan una sensación artificial de tranquilidad, como  son los antidepresivos.

Otras drogas que te mejoran un resfriado,  pero te malogran el hígado, otras que te alivian la inflamación pero te dan gastritis, etc.

La Divinidad siempre puso a nuestra disposición,  la fuerza de la energía creadora: La palabra

Son innumerables las culturas que coinciden en que, primero fue la vibración del sonido y que de allí,  surgieron todas las formas,.

 Acá algunos ejemplos:

 Recuerdas el comienzo del Evangelio de San Juan, cuando se refiere a la  palabra:

 «En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios».

En los antiguos pueblos  mexicanos existe un instrumento llamado: Teponaztli, este es un nombre en  lengua Náhuatl,  y es un tambor ceremonial.

El sonido de ese  tambor para estos  pueblos mexicanos, significaba la voz de la tierra hablándole a sus hijos, llamando a preservar el latido de la vida. Tocar el tambor era la forma de invocar a la Madre Tierra, a la madre biológica, a la fuente primigenia.

Se decía que de la vibración del sonido que emitía el teponatztli habían surgido todas las formas.

Para los Hindúes y  Budistas:

El Om: Es la sílaba sagrada, el primer sonido del Todopoderoso, el sonido del que emergen todos los demás sonidos, ya sean de la música o del lenguaje, y también surge la vibración de las formas de todo lo existente.

 El poder de la palabra es muy grande, por eso es importante estar conscientes de las palabras que utilizamos en el día a día.

Mis palabras dicen mucho de mi y también hacen mucho por mi.

Desde épocas inmemoriales,  los seres humanos hemos hecho uso de la oración, que no es otra cosa que hablar, para pedirle a la Divinidad, por nuestras necesidades.

Cuando practicamos el Ho´oponopono,  estamos un paso más adelante, ya no pedimos: Entregamos.

La diferencia está en que, cuando pedimos lo hacemos con expectativas de cosas especificas, en cambio cuando entregamos lo hacemos en una confianza tal, que sabemos que,  lo que la Divinidad  decida darnos:  será lo perfecto.


Cuando digo “Te amo, gracias”,  lo hago de forma simple, sin involucrar ningún tipo de emoción, la razón es la siguiente: 

 En nuestra memoria tenemos grabada una forma de amor con apego, y si tratamos de cargar las palabras con el amor que conocemos, lo hacemos desde nuestra memoria.

 Si por el contrario,  sólo lo decimos, invocamos a la esencia del amor verdadero, aquel que no tiene apegos, que simplemente se prodiga en el universo.


Estar consciente de mis palabras,  ha sido de gran ayuda en este  camino.

 Mi lenguaje ha cambiado y tendrá que cambiar aún más, pero por el momento, soy yo quien utiliza las palabras y he dejado de ser utilizada, por las que vienen de mis memorias equivocadas.

 

Divino Creador Padre, Madre, hijo, los tres unidos como solo Uno, Te entrego todas mis memorias, aquellas que traen palabras negativas a mi vida,  para que Tú, las transmutes en Luz.

Deja que mi lenguaje sea limpio, que mi voz sea suave y que mi palabra hable de tu infinito amor

¡Y así se ha hecho!

Te amo

Gracias

Ana María

 


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


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