Limites

¿Alguna vez te has puesto a pensar cuales son tus verdaderos limites?

 Es cierto que nuestras memorias negativas nos limitan para muchas cosas, pero también hay limites que nos ayudan a crecer.

 Los limites que respetamos, nos mantienen en un armonía con nosotros mismos y por consiguiente, con los “demás”.

 Los niños nacen sin saber de limites, si dejamos a un niño pequeño en una cama se moverá hasta caerse porque no es consciente del limite.

 Puede llevarse a la boca lo que sea que encuentre cerca de él, meter el dedo en un enchufe, o recoger cualquier cosa que esté a su alcance, no distingue entre lo mío y lo tuyo, ¡todo es suyo¡…etc.

 No tiene limites, es cierto y es con la educación que vamos enseñándole cuales son sus limites, y eso es positivo.

 Hay todo tipo de limites, creo que podríamos hacer un recuento y selección de ellos.

 Los primeros limites son de seguridad, para evitar que el niño se lastime, que coma algo que le haga daño.

 Luego vienen los limites propios de la formación, “esto no es tuyo”, “es hora de acostarse o de levantarse”, o los modales para comer, que nos ponen un limite para no comer como pequeñas fieras hambrientas.

 Recuerdo los años en que nos sentábamos a la mesa mi esposo mis cuatro hijos y yo, mi hijo mayor siempre era el mas rebelde en cuanto a los modales, alguna vez me dijo ” lo importante es comer ¿no?”

Si, le contesté, siempre y cuando tu manera de comer no afecte a quienes comen contigo…

 Y creo que esa es la base de limitar:

 “ mis derechos terminan en donde comienzan los derechos de los demás”.

 “Trata a los demás como tu deseas ser tratado”

 Pero hay otro tipo de limite. El limite a los deseos.

 Muchas veces he compartido contigo que cuanto mayor deseos tenemos más frágiles somos ante el sufrimiento, porque estamos llenos de expectativas.

 Cuando nuestras expectativas no se cumplen nos llenamos de frustración.

 No se trata de vivir una vida de renuncia constante, todo lo contrario, se trata de disfrutar aplaciblemente lo que se nos presenta. Agradable o no.

“Recuerda que no conseguir lo que quieres es, a veces, un maravilloso” golpe de suerte.

Dalái Lama

 Y cuando nos encontramos con algo que no nos gusta o que nos trae dolor, tratemos de agradecer, porque se está mostrando una memoria negativa, y eso nos permitirá, identificarla como propia y entregarla para que la Divinidad la transmute en luz.

 Hay limites que contraen y limites que expanden.

 ¿Como puede ser?

 Los limites que nos ponemos desde el miedo, la ira, la envidia, la critica y los celos, nos contraen, no nos permiten avanzar, nos encadenan.

 En cambio los limites que nos ponemos desde el amor, nos expanden, nos dejan abiertos a recibir.

 Son los expansivos limites del amor, como la educación, la disciplina, el sacrificio sin manipulación y por supuesto la entrega.

 Cuando entrego, limito mi pequeña voluntad, pero me abro a la infinita voluntad de Lo Divino:

 “Que se haga Tu voluntad y no la mía”

 Esta semana estoy trabajando mis limites, los limites se ponen con amor, sin llegar a la rigidez y la intolerancia.

 Limito mis arranques de ego, mi tendencia a la exageración, limito mi carácter controlador y entrego, entrego y entrego.

 Al final del día, si mi entrega ha sido constante y verdadera, me doy cuenta que he quedado limpia, agradecida, llena de una sensación de contento, entonces puedo irme a la cama y dormir en paz.

 Que tengamos paz más allá de todo entendimiento.

 Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego todas mis fronteras para que tu las expandas y las transmutes en luz.

Enséñame la flexibilidad que solo Tu amor me puede dar.

 ¡Y así se ha hecho!

 
Lo siento, por favor  perdóname


 Te amo,
 Gracias


 

Ana María

 


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


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