COMO UNA FLAUTA

“Cuando les pregunto ¿qué parte del Señor quisieran ser?, algunos me contestan: Sus ojos, otros , Sus manos, o Su rostro… pero ninguno me dice quisiera ser Su flauta, volverme hueco y dejar que Dios toque a través mío Su melodía” Sathya Sai Baba

 La flauta, instrumento de una simpleza increíble y un sonido tan variado como la naturaleza misma.

 Hecha de materiales simples tomados del entorno, emite sonidos armoniosos e inspiradores.

 Es el instrumento musical más antiguo, se han encontrado flautas hechas de hueso de miles de años de antigüedad, luego, dependiendo de las diferentes culturas fue tomando formas diferentes, en el Perú, tenemos la Quena que emite sonidos profundos y llenos de sentimiento, escuchar la melodía de una quena solitaria en las alturas, es un regalo divino, o quizá, los sonidos graves y misteriosos del Putorino maorí llamando a los espíritus…

 Todas las veces que viaje a la India a visitar a mi maestro, fui acompañada por el sonido agudo y armónico de unas pequeñas flautas parecidas a la flauta que lleva en las manos, Sri Krishna el Avatar Azúl, tocadas por los comerciantes de rosarios y baratijas para atraer a los transeúntes.

 Lo coincidente en todas ellas es que son huecas, dejan pasar el aire y al hacerlo así, el sonido que emiten, nos permite oir sus variadas melodias.

 ¿Podremos volvernos huecos, y dejar pasar por nosotros el aliento de Dios?

 Queremos siempre ser hacedores, protagonistas, estar en control. ¿No será mejor, hacernos huecos y dejar que Dios toque a través nuestro Su melodía?

 El Ho´oponopono es perfecto para este fin, ya que en su practica, no se pide sino que se entrega.

 ¿Cuál es la diferencia?

 Cuando pedimos, estamos expectantes a recibir lo que hemos pedido.

Cuando entregamos dejamos que , aquel a quien le hemos entregado nuestra necesidad o nuestros problemas, decida cual será la manera más conveniente para solucionarlos o abastecerlos.

 La diferencia es enorme, ya que con nuestra pequeña mente humana tenemos limitaciones, la mente universal no las tiene.

 Cuando creemos que la solución es una, para la mente universal hay millones¡!

 ¿Qué es hacerme hueco?

 Es convertirme en instrumento, un instrumento se mueve a la voluntad del hacedor. No es quedarme inmovil o inútil, todo lo contrario, es sacar el mejor provecho de mis capacidades.

Cuando yo le entrego a Dios una necesidad, lo siguiente no es quedarme sin hacer nada esperando la varita mágica que lo resuelva.

Eso no es real, Dios no es un mago.

 Cuando entrego una necesidad con la absoluta certeza que ésta, está siendo recibida (Fe), entonces continúo con mi acción pero nuevamente, con la seguridad que estoy siendo guiado a lo que es mejor y es correcto para mí.

 

Muchas veces en los talleres, ponemos el ejemplo del pasajero que viaja en un avión, va en su asiento, ya sea leyendo, dormitando o conversando, quizá, se parará , caminará o conversará con su compañero, pero en ningún momento se le ocurre ir a la cabina, para ver que el piloto esté manejando y que lo este conduciendo por la ruta correcta ¡No! Solo confia, y se deja llevar.

 Aquel pasajero, ¿se detuvo?, ¿dejó de accionar?, ¡no!, sólo se dejó conducir mientras seguía con sus actividades.

De la misma manera, cuando le entregamos al Poder Superior, Dios, El Universo, Lo Divino, nuestra necesidad, seguiremos con la acción, pero sabiendo que estamos siendo conducidos a puerto seguro.

 Es muy relajante ser pasajero, soltar el control en manos expertas y dejarnos llevar.

 Hacer esto, en todas las actividades de nuestra vida es la mejor fórmula para obrar de la manera correcta.

 Dice un cuento oriental, que estaba un hombre que se preciaba de ser muy devoto en un templo, y le decía a Dios, he venido a visitarte como prueba de mi devoción, no como mi vecino el campesino, que nunca aparece por acá, entonces Dios le contestó, tu vienes unos minutos a visitarme y el resto del día te olvidas de mí, en cambio tu vecino me ofrece cada movimiento de su arado, cada pensamiento y cada respiración, y así, ¡está conmigo todo el día¡.

 A mi me gusta ser como ese campesino, todo el día tengo un diálogo interno con Dios, y nada me es más satisfactorio, Él es el único que nunca me decepcionará, nunca me abandorá y eso que conoce todas mis debilidades.

 

Tu y yo, podemos ser huecos como flautas, pero nunca sentirnos vacios, estaremos llenos del aliento de Dios, ¿Qué más podríamos pedir?

 Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como sólo Uno, te entrego el timón de mi vida para que Tú, seas mi conductor.

 Llévame a puerto seguro y enséñame a ser un buen instrumento en Tus manos.

¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor perdóname

 Te amo, Gracias

 Ana Maria

 


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


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