RECOMPENSAS

El amor no exige recompensa, el amor en sí mismo es la recompensa.


Sathya Sai Baba

Hoy reflexionaba sobre las expectativas que tenemos. Es muy difícil no tenerlas, dentro de las expectativas está,  el esperar recompensas.

Se dice que en Ho´oponopono no se pide sino que se entrega, si pedimos esperamos recibir algo en concreto, si entregamos dejamos abiertas todas las posibilidades , es decir:  ¡dejamos el control¡.

Creo que mi  expectativa mayor es la paz,   pero, ¿ eso es totalmente cierto?, porque aun después de tantos años de trabajo espiritual,  a veces me descubro esperando que las  cosas, personas y situaciones  me den grados de paz.

Me descubro esperando recompensas por lo que hago…

Intelectualmente y racionalmente, he entendido que no es así, pero aun me falta poder vivirlo con todo mi ser, hacerlo parte de mí.

Hay un largo camino de auto indagación, para ir tamizando mis intenciones y así purificarlas de lo que me  aparta del camino de la entrega total.

Llegar finalmente al “Que se haga Tú voluntad y no la mía”

Hablar del desapego es fácil, practicarlo  ya no lo es tanto.

 ¡Desapegarnos del fruto de nuestras obras!, no esperar amor en reciprocidad al amor que damos.

Amamos a nuestra pareja, a los hijos y amigos y familiares, pero los amamos porque representa algo para nosotros, nuestro amor siempre esta condicionado a un “porqué”:  te amo porque eres mi hijo, te amo porque eres mi madre, te amo porque me complaces, te amo porque te necesito, te amo porque…, etc.

Por lo tanto,  !ámame tú también a mí¡

Y cuando no hay un “ te amo porque..” , hay ese estado de separación que hace que veamos como extraños a todos los demás.

¿Como llegar al amor sin porqués,  ni recompensas?

Mientras más cultive la coherencia, es decir que mi palabra, mi pensamiento y lo que hago, estén en la misma dirección estaré cultivando la rectitud, y la rectitud me llevará a cultivar la verdad y la verdad es la esencia del amor, y si hay amor  verdadero, ya no hay separación y por lo tanto tampoco expectativa de recompensa.

Solo en el egoísmo y en ese amor apegado a los porqués es que esperamos la recompensa, en cambio cuando se trata de ese amor verdadero, es tan basto que el solo experimentarlo nos mantiene totalmente plenos.

El esperar ser recompensados por el “amor que damos”, o por  lo que hacemos  por los demás, es en realidad una necesidad de llenar el  vacío interno.

El servicio en todas sus formas es un acto de amor, y es una fuente de paz, el servicio no tendría porqué estar separado del trabajo que hacemos.

Podemos cobrar por el trabajo que hacemos, y aun así el servicio puede estar inmerso en el,  se trata de hacer lo que hacemos con nuestro mejor esfuerzo, sentirnos instrumentos y no hacedores.

El instrumento sirve, el hacedor espera recompensa.

La recompensa no solo es esperar algo a cambio de, es también considerar que no recibimos lo suficiente, o sentirnos especiales y que no nos merecemos tal o cual trato, es en pocas palabras no aceptar nuestro cien por ciento de responsabilidad, en todo lo que esta en nuestra realidad.

Hace unos días deje mi carro mal estacionado, mientras asista a un reunión. Cuando salí  del lugar, ¡mi carro ya no estaba en donde lo había dejado!.

Rápidamente me di cuenta que se lo había llevado la grúa y lo comprobé cuando encontré el papel que habían dejado en el lugar en donde había estado estacionado.

Algo que pude reconocer y que fue extraordinario, fue que en el momento que me di cuenta de lo que había pasado, no me resistí, acepte humildemente mi total responsabilidad.

 Desde ese momento las cosas se desarrollaron con tal fluidez que fue totalmente notorio como es que la no resistencia hace que las cosas sucedan de diferente manera.

Estaba con mis dos hijas, y tomamos un taxi, al decirle al señor que manejaba el taxi que mi carro se lo había llevado la grúa, él inmediatamente dijo, “yo se donde queda el depósito”, y nos condujo inmediatamente al lugar donde quedaba,   que estaba bastante escondido,  y que hubiera sido muy difícil de llegar.

Luego en el lugar, fuimos atendidas con  amabilidad y todo se nos facilitó, cierto es que tuve que pagar una multa (disminuida en un 50%) y en quince minutos estaba ya en mi carro rumbo a mi casa.

Lo que pudo haber sido en otro tiempo, motivo de lamentación y resistencia, fue una experiencia aleccionadora, si, porque no vuelvo a dejar mal estacionado mi carro, pero también fue sorprendente ver como todo fluyó.

Todos fueron amables y colaboradores, sin importar que era la hora de almuerzo, sin ponerse en el papel de jueces ante quien ha cometido una falta, todo lo contario lo que sucedió en los minutos que duró fue una total armonía entre seres humanos.

¡Que agradable!

Con la aceptación, viene la entrega, y con ésta desaparece la expectativa de recompensa,  hasta llegar a vivir en un constante :

“Que se haga tu voluntad y no la mía”

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno, Te entrego todas mis memorias de soberbia, apego y expectativa, para que Tú, las transmutes en luz.

Enséñame a no pedir, sólo entregar sin esperar nada a cambio.

¡Y así se ha hecho!

Lo siento, por favor perdóname

Te amo,  Gracias

Ana Maria

Aloha  Ke Akua


“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


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