El ABUSO Y SUS MIL ROSTROS

En el Diccionario podemos encontrar que Abuso es: Uso o

aprovechamiento excesivo o indebido de algo o de alguien, en

perjuicio propio o ajeno.

 

Cuando en Ho´oponopono decimos que somos ciento por ciento

responsables de todo lo que está en nuestra realidad, puede ser

que lo aceptemos bien en un principio, pero luego cuando se trata

de situaciones de dolor o vergüenza nos preguntamos:

¿cómo puedo ser responsable de algo tan desagradable?

 

La explicación es simple, somos responsables de todo lo que

podemos re-conocer, es decir que son nuestras memorias activas

las que nos permiten re-conocerlo.

 

Uno de los hechos más dolorosos es el abuso infantil. Y la pregunta

siempre es: ¿soy responsable de eso?

 

Cuando yo he mencionado abuso, tu has creado un cuadro en tu

mente según lo que “abuso infantil” signifique para ti.

 

¿Cómo lo hiciste?, combinando las memorias de agresión, de dolor,

de miedo y sabe Dios cuántas otras memorias que combinadas nos

permiten hacernos una imagen mental de lo que abuso infantil

significa.

Entonces te pregunto ¿no estaban todas esas memorias en ti?, es

por esa razón que aceptamos ser RESPONSABLES, porque

solamente está en nuestra realidad aquello que podemos re-

conocer.

 

Lo que sucede es que culturalmente no hacemos la diferenciación

entre responsabilidad y culpa, que son dos cosas totalmente

diferentes.

 

Bueno, hoy estoy escribiendo sobre este tema porque me interesa

entender e identificar cómo puedo hacer para limpiar de mi vida

todo lo relacionado con el abuso.

 

En mi práctica como terapeuta y orientadora, las memorias que se

me muestran son generalmente para ser limpiadas y últimamente el

abuso en todas sus formas ha sido la constante.

 

En la descripción dice que abuso es “uso o aprovechamiento

excesivo o indebido de algo o de alguien”.

 

Eso quiere decir que podemos abusar de cualquier cosa, por eso es

que el abuso tiene mil rostros.

 

No nos damos cuenta que podemos estar abusando de nuestros

hijos cuando los ponemos en medio de un pleito de pareja, o

cuando los utilizamos como excusa para nuestra pereza o falta de

cumplimiento.

 

Abusamos de la confianza, abusamos de la autoridad, abusamos

del gasto, la comida, el ejercicio, el trabajo, abusamos de nosotros

mismos, de nuestra sexualidad, del alcohol, de las pastillas, de la

pereza, etc…

 

Todo aquello que sea excesivo e indebido es abuso.

 

Entonces cuando nos resistimos a aceptar que somos ciento por

ciento responsables de reconocer todas las formas negativas y

desagradables de abuso, a niños, ancianos, hombres, mujeres,

animales, el medio ambiente y la naturaleza; es porque no nos

estamos viendo a nosotros mismos.

 

Si lo puedo ver: es que lo tengo.

 

El primer paso para limpiar es dejar de juzgar y criticar. Tener una

opinión es válido, rechazar las conductas equivocadas también es

válido, lo que no es saludable es subirnos a un pedestal y desde allí

con el dedo acusador señalar lo que supuestamente es

responsabilidad de otro.

 

¿Cuál sería mi aporte para detener el abuso en mi realidad?

 

Comenzaré por dejar de abusar de mi misma, con pensamientos

destructivos, agresivos, con excesos en todas sus formas, rigidez,

tristeza, rabia y frustración.

 

La serenidad es lo natural, todo aquello que nos saca del estado de

serenidad es porque detrás se está generando un abuso.

 

Nuestros sentidos son dados a los abusos, si no los educamos y

orientamos, ¡viene el descalabro!

 

Los sentidos nos llevan al apego excesivo, y el apego excesivo nos

lleva a depender de las personas, objetos, situaciones y emociones,

etc.

 

Algo que no es común observar es que viviendo como lo hacemos

en un mundo dual, en donde los extremos son “lo demasiado”, y

podemos movernos de extremo a extremo y eso nos quita la paz,

así tenemos que: el abusivo en un aspecto y situación en su vida

puede transformarse en un sumiso en otra, el tímido en osado, el

agresivo en temeroso, el rígido en complaciente, etc…

 

La serenidad es el equilibrio, el punto medio.

 

Busquemos el equilibrio y así será posible que tengamos paz, más

allá de todo entendimiento.

 

 

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo

Uno. Te entrego todas mis memorias de excesos para que Tú,

las transmutes en luz.

 

Enséñame a servir sin servilismo, a amar sin apego, a opinar

sin rabia, a ser firme con amor.

 

¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor perdóname

 Te amo, Gracias

 Ana Maria


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”