Demostraciones


“Haz de tu vida una rosa, que hable silenciosamente con el lenguaje de la fragancia” SSB

 Cada vez que deseo demostrarle quien soy  a alguien, estoy expresando temor, cuando me siento inferior,  surge en mi el deseo de demostrar quien soy.

 Cuando estoy segura de quien soy yo, ya no hay necesidad de demostrarlo, simplemente SOY.

 Los grandes conductores del dolor en nuestras vidas,  son la comparación y la envidia, una lleva a la otra indefectiblemente.

 Cuando nos comparamos estamos sujetos a encontrarnos mejores  o peores, en ambos casos el resultado es irreal.

 La base de auto aceptación es entender, que valgo porque existo, mi valor no está dado por lo tengo o por lo que hago.

 En este largo camino recorrido he aprendido a reconocer con ternura y humildad, que aquellos que muestran mayor braveza o competitividad, son las personas más temerosas e inseguras.

 Atacamos por temor a ser atacados, y creemos que seremos atacados porque nos  sentimos culpables, ¿de qué? No es importante, el sentimiento de culpa siempre es irracional.

 Podemos sentirnos responsables y eso es diferente, porque al aceptar nuestra responsabilidad, podremos buscar la reparación, en cambio la culpa aparte de la victimización,  solo da vueltas sobre lo mismo, por eso es irracional.

 Todo descubrimiento,  comienza con la observación, si nos observamos sinceramente, podremos descubrir cuando estamos haciendo,  lo que sea hagamos, para demostrar algo, a alguien más.

 Esas son memorias negativas que se nos muestran para ser entregadas para su transmutación.

 Hay un dicho popular que dice “Dime de que abundas y sabré de qué careces”.

 Cuando tratamos de alardear, ya sea nuestros logros y cualidades y pertenencias, es casualmente cuando no estamos totalmente seguros de quienes somos en realidad.

 Lo mejor es  ser humildemente exitoso, nada de lo que creemos poseer es realmente nuestro, se nos ha sido dado temporalmente.

 En 1929 en la época de gran depresión en los Estados Unidos, las personas, se suicidaban saltando por  las  ventanas.

 Median su valor por lo que tenían y al perderlo dejaron de valorar sus vidas.

 No cometamos el mismo error, nuestro valor primero es la existencia, esa misma existencia que compartimos con toda la creación y que lejos de tener que ser demostrada, simplemente sucede.

 Lo mismo pasa con las creencias religiosas, quienes están firmes en su fe, aceptan con respeto la fe de los demás

 La verdadera espiritualidad busca las coincidencias y no las diferencias, finalmente Dios es Uno solo y cada quien lo llama a su manera particular.

 Entonces no dejes que  nada te deslumbre,  nadie posea más o menos luz, todos somos luz y la expresamos según sea nuestra capacidad.

 En los años que viajé a la India, buscando iluminación, muchas veces estuve compartiendo un estrecho lugar con mujeres de pueblos primitivos, semidesnudas, con sus cuerpos pintados  con polvo de cúrcuma, o tal vez con alguna actriz famosa o una reina europea, todas buscábamos lo mismo, el camino hacia Dios.

 Allí nadie valía más que otro, éramos almas en busca de luz.

 Y entonces, cuando  me alejaba y me ponía observar, ese despliegue de hombres, mujeres y niños de todos los rincones del mundo, con las mismas necesidades básicas y el mismo afán de resolverlas, me daba cuenta que todos somos iguales, seres divinos,  pensando equivocadamente que somos el cuerpo, y no el conductor de este vehículo llamado cuerpo.

 Une tu humanidad con cada ser viviente, observa a aquel que maneja ese autobús, a quien te vende la verdura en el mercado, a tu vecino;  cualquiera de  ellos, cuando termine su día de trabajo, deseará regresar a su casa, ver a sus hijos, recostarse en  su cama y descansar, lo mismo le sucede al presidente, a tu jefe, a tu empleado más humilde, tanto como a tu hijo y ti mismo.

 ¿Qué podríamos demostrarnos o presumir entre iguales?

 Tanto como la demostración ostentosa es desgastante, el contrastarse con uno mismo es saludable.

 Es como el deportista que va mejorando su marca con cada entrenamiento, así funciona el contrastarnos, es ver,  como vamos mejorando nuestras marcas en ésta carrera de ser mejores seres humanos.

 Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego todo mi afán de demostrar y compararme para que Tú, lo transmutes en luz.

 Enséñame a contrastarme conmigo mismo y avanzar hacia Ti.

 ¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor  perdóname


 Te amo,
 Gracias


 Ana María

 


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”