¡DESPIERTA!

No es lo mismo estar dormido que estar durmiendo”… Camilo José Cela

 El despertar físico es abrir los ojos, poner atención y asimilar aquello

que captan nuestros sentidos, el despertar espiritual es re-descubrir, re-

conocer y experimentar nuestra unión con lo Divino.

 En uno de mis viajes a la India, conocí a una muchacha francesa, muy joven

y muy sabia, fue muy gratificante conversar con ella y escuchar su historia de

búsqueda. Resultó ser hija de padres ateos, pero ella siempre sintió que había

algo más, lo buscó y lo encontró.

 Cuando le pregunté cuál era la diferencia desde entonces, ella me dijo:

“cuando encontré a Dios nunca más me volví a sentir sola”.

 Esta respuesta la entendí desde mi propia experiencia, cuando encontré a mi

Maestro y él me enseñó el camino hacia Dios, yo tampoco he vuelto a sentirme

sola.

 La presencia de Dios en mí , es mi eterna compañía, mi diálogo es con Él, mis

necesidades las surte Él, ¡me peleo con Él y también con Él, me reconcilio

llena de amor!

 ¡Yo no estoy sola, y tú tampoco lo estás!.

 Una herramienta efectiva y maravillosa para este despertar es la práctica del

Ho ́oponopono, ya que te mantiene constantemente comunicada con tu YO

SOY.

 El despertar y la comprensión de la vida a partir de ese momento es paulatino

y espontáneo, ya no es necesario llenar nuestro intelecto de información, ya

no son los libros la única fuente de conocimiento; de pronto te encuentras tan

lúcido que puedes entender la esencia de las cosas.

 Desde siempre las personas han buscado esta forma de comprensión y

han querido hallarlas por medio de rituales o de sustancias que pueden haber

sido usadas en algunos casos por los pueblos ancestrales pero que no son

necesarias cuando la conexión con nuestro Dios interno se fortalece de manera

natural.

 En el transcurso de la vida creamos apegos, y todo apego trae sufrimiento,

como diría el poeta Khalil Gibran:

 “La fuente de donde calmas tu sed, fue llenada con tus lágrimas”

 Eso quiere decir que aquello a lo que más apegados estamos, nos puede llevar

a una máxima felicidad, pero si lo perdemos será la máxima tristeza.

 El único apego que siempre trae paz y nos aleja del sufrimiento, es el apego a

Dios, como sea que tú lo concibas.

 Para todo lo demás, es mejor aprender a desapegarnos.

 Cuando fortalecemos el desapego, no es que ya no tengamos lazos de amor,

es que esos lazos dejan de ser la fuente de la felicidad:

 “No te necesito para ser feliz” es el concepto básico.

 Practicarlo, hacerlo nuestro es un aprendizaje.

 ¿Qué te puedo decir si tus apegos van hacia sustancias, relaciones o prácticas

extremas?, el Ho ́oponopono te puede ayudar a descubrirlo como una

memoria repitiéndose y te dará suficiente lucidez para reconocer; pero para

aceptar y corregir sería bueno buscar ayuda.

 Nada externo nos dará paz interna, la paz yace en nuestro interior y es allí

donde la encontraremos, y si solos no hemos podido, o no podemos hacerlo,

busquemos orientación.

 El milagro Divino, no es que Dios elimina los obstáculos mágicamente, ! no!

el milagro Divino es que Dios pone en tu camino las herramientas y los

maestros que te acompañarán en el camino, porque los maestros son sólo

acompañantes, el trabajo siempre es personal.

 Hace poco recibí un correo en donde decía que la derrota más positiva que

podemos experimentar, es derrotarnos ante aquello que no podemos manejar

solos.

 Al aceptar esa derrota, buscaremos ayuda y finalmente podremos liberarnos.

 Deja la soberbia de pensar que solo puedes, si hasta hoy has intentado una

y otra vez encauzar tu vida y no has podido, es momento de derrotarse y

buscar ayuda.

 Cuando oras, tu oración purifica, allana el camino y te orienta hacia el

consejero correcto.

 Dios siempre será tu compañero, pero te repito una vez más: el esfuerzo

tendrá que ser tuyo (o mío).

 Despertar es estar lúcido, es sacarnos la venda de los ojos y vernos a

cabalidad, con todas nuestras virtudes, nuestros defectos, los dones, las

habilidades y también nuestras torpezas.

 Hoy, podemos despertar, desperezarnos, abrir los ojos y comenzar el camino a

la libertad paso a paso y con los pies, no esperes que tu cabeza lo haga, ¡no

lo hará! La mente se protege a sí misma, entonces es necesario hacerlo de

manera mecánica, ¡Con los pies !

 Levántate y comienza…

 Que la paz más allá de todo entendimiento nos acompañe en el camino.

 Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego mi confusión, mi falta de orientación y mis apegos negativos, para que Tú, los transmutes en luz.

 Estoy dispuesta a hacer el esfuerzo, pero necesito que me lleves por el camino correcto para soltar mis cadenas.

 ¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor perdóname

 Te amo,

 Gracias

 Ana Maria


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”