La Divinidad en mí, honra a la Divinidad en tí

La palabra Namasté, es una palabra sánscrita que se está usando mucho hoy

en día. la repetimos y no valoramos el profundo significado que contiene.

 

Namasté es el reconocimiento de la Divinidad en todo lo creado, especialmente

en los seres humanos, la verdad es que no hay una traducción verbal exacta

que abarque lo que Namasté significa…

 

En hawaiano pasa lo mismo con el término Aloha, que significa entre otras

cosas: amor o estar feliz, sin embargo tampoco es completa esta traducción.

 

Aloha es un estado de plenitud y serenidad.

 

En las culturas antiguas han existido desde siempre palabras que abarcan

situaciones tan complejas y elevadas que se pueden comprender, pero no se

pueden transmitir verbalmente a plenitud.

 

En la película Avatar utilizaron el saludo africano “Te veo”, que es lo usual

cuando dos personas se encuentran, una dice “Te veo” (sawabona) y la otra

contesta “Aquí estoy” (shikhoba), es decir que el “Te veo” significa reconozco

tu presencia pero no la física sino la compartida por ambos.

 

Otro saludo tradicional era el de los indios Hopi de Norte América “tienes

hambre, hermano”, dice mucho de la integración con el otro.

 

Así como estos ejemplos podría enumerar muchos otros pero el mensaje

siempre es el mismo, “la luz que está en mí , también está en tí ”.

 

Un poco para entender este mensaje con un ejemplo práctico podemos decir

que en nuestras casas hacemos uso de la electricidad, si bien es cierto que la

electricidad es una sola, el uso que hacemos de ella es diverso.

 

La licuadora, no funciona igual que una bombilla de luz, una lavadora es

diferente a un secador de pelo…

 

De la misma manera los seres humanos tenemos una luz divina, una corriente

única que lleva la existencia y nos dá la vida, pero nuestras expresiones son

diversas.

 

Hemos acumulado millones de memorias, algunas llenas de luz y otras no,

esas memorias oscuras van acumulándose y opacando la luz que todos y cada

uno tenemos.

 

Esa persona a la que no quiero, que me parece despreciable, esa persona

lleva la misma luz que llevo yo, sólo que sus memorias oscuras no le permiten

brillar.

 

Por eso mi gratitud, ya que por alguna razón que no conozco Dios ha puesto

en mi camino los maestros y los medios para purificar mis memorias, también

ha puesto en mí, la voluntad para hacerlo.

 

Y no es que todo esté determinado de antemano, lo que sucede es que todos

tenemos las mismas oportunidades de descubrir nuestra divinidad inmanente,

pero es con nuestro libre albedrío que tomamos o dejamos la oportunidad.

 

El ejercicio de re- conocer la luz en cada ser nos hace humildes, nos aleja del

juzgamiento y la crítica y nos llena de compasión.

 

Mi amigo y mi enemigo, mi vecino, y el ladronzuelo que me agredió, el hombre

adicto y angustiado que pide limosna en la esquina, el político, el médico y el

sacerdote todos compartimos la misma luz.

 

Lo que nos hace diferentes es la capacidad de emitir esa luz.

 

La limpieza de memorias negativas, va dejando un espacio abierto en donde

entra la luz de la inspiración, la luz del entendimiento y lo que es mejor aún la

luz de la verdad y el amor.

 

Entender que para dar y sentir amor verdadero, primero lo damos y lo sentimos

a nosotros mismos, el ejercicio de la honestidad con nosotros mismos y la

coherencia, nos lleva a un estado más elevado de comprensión.

 

Si hablo de amar a todos los seres y soy intolerante, impaciente, soberbia

demandante, etc. no estoy siendo coherente.

 

El amor viene con nosotros, pero viene como un diamante en bruto, un trozo

de carbón al que puliremos una y otra vez con cada lección, cada prueba y cada caída.

 

Sólo el amor, nos sacará a flote cuando pensemos que todo está perdido,

cuando las olas de vida nos estén llevando a la oscuridad.

 

Es por eso que la oración fundamental en el Ho ́oponopono es “Te amo,

Gracias”, en el amor está implícito el perdón y la gratitud, y es un camino de ida

y vuelta ya que tanto el perdón cuanto la gratitud también nos lleva al amor.

 

La Divinidad en mí, honra y saluda a la Divinidad en tí.

 

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 

 

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego todas mis memorias de separación para que Tú las transmutes en luz.

Enséñame a reconocerte en cada ser, y amarte incondicionalmente.

 

¡Y así se ha hecho!

 

Lo siento, por favor perdóname

 

Te amo,

 

Gracias

 

Ana Maria


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”