YO, YO y yo

“Cuando suman uno más uno, resultan dos; cuando uno se coloca junto a otro uno, se lee once…Pero la base sigue siendo el uno”

 Yo, yo y yo, ¡cuanto miedo le tenemos a esta repetición!, la palabra egoísmo va unida al YO, si embargo es posible cambiar el temor por amor, y considerarnos parte del   YO único, al cual tú y yo pertenecemos.

 En Ho´oponopono, aprendemos que nada es afuera, todo es adentro, por consiguiente todo sucede en mi y vuelve a mi.

 Tradicionalmente se nos ha enseñado que pensar primero en uno mismo es egoísmo, y que el egoísmo es negativo , sin embargo la realidad nos demuestra que no podemos dar de lo que no tenemos, y si primero no nos damos a nosotros mismos, ¿de donde sacaremos para darle a nuestros semejantes?

 Seria bueno replantearnos ciertos conceptos, como por ejemplo, la idea que hacemos cosas por los demás, lo que sea que hagamos, siempre lo hacemos por nosotros mismos.

 Si lo que hago es para satisfacer a mis hijos, mis padres o a un amigo, finalmente lo hago por que su felicidad, me da felicidad: ¿entonces, por quién lo hago realmente?

 No le temamos a la palabra EGO, el ego no es más que confundir el vehículo con el conductor, es decir identificarnos con el cuerpo, las memorias   y los sentidos, cuando en realidad somos el conductor del cuerpo.

 Nacemos egoístas, dependientes, demandantes y temerosos.

 Recién nacidos sólo obedecemos a los impulsos de nuestras memorias primitivas, memorias que traemos en el subconsciente o Niño Interior, y que en el transcurso de la vida, serán ellas las que edifiquen la realidad que viviremos. Es por eso la importancia de mantener una comunicación constructiva con nuestro Niño.

 Al hacerlo, tomamos el camino del crecimiento y de la reparación definitiva de las memorias equivocadas que crean una realidad de dolor.

 A veces dar el primer paso cuesta mucho, ya que nos aferramos a nuestro estado infantil y en esos casos, lo que prima es el egoísmo. Creemos ser, únicos, separados del resto, orgullosos leones, reyes de la selva.

 O lo que es peor, nos quedamos en el rol del “Rey Bebé”

 En cambio, para una persona emocionalmente saludable, la relación consigo misma será lo primero, esa relación crece y se fortalece, a la vez que aceptamos que nuestro verdadero valor es existir y que somos seres humanos perfectamente imperfectos, ese conocimiento, aporta humildad y aceptación y finalmente nos conduce a la unidad y a la paz.

 Al tomar la responsabilidad y dejar el sendero del egoísmo, todos los caminos nos llevarán a la COMPASIÓN.

 La compasión bien entendida , es la unidad con el otro, el sentir como propios la alegría y el dolor ajeno.

 Quizá, hemos confundido la compasión con conmiseración.

 La compasión es expansión , es unidad con todos, la conmiseración es contracción, es ego puro, es lamentar la desgracia del otro desde un pedestal y a distancia.

La compasión trae paz, la conmiseración culpa y temor.

 Muchas veces no sabemos como comenzar, y es necesario aprender, dado que, el impulso infantil es muy fuerte, pues nuestro niño interior reacciona, no razona.

 Entonces es momento de comenzar a comunicarnos con el y enseñarle cuales son las memorias que entregaremos a la Divinidad para que las transmute.

 Eso se hace con la observación de nosotros mismos, sin criticarnos, pero si, dispuestos a corregir nuestros errores y en un estado de entrega constante.

 Este párrafo de la primera carta de San Pablo a los Corintios nos habla de esa forma de amor:

… «El amor, es paciente, es servicial; El amor no es envidioso, no es jactancioso, no se engríe; es decoroso; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta… » El amor no dejará de existir».» (1 Co 13, 4-8).

 Podemos activar nuestras memorias positivas, hacerlas crecer, fortalecerlas.

 Todo esta en comenzar y hacerlo con paciencia, tolerancia, clemencia y constancia.

 Que tengamos paz más allá de todo entendimiento.

 Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego mi pequeña mente, junto con mi pequeño ego, para que Tú, los transmutes en luz.

 Enséñame a expandirme, identificándome contigo, como tu mejor obra, y no con mis limitados cinco sentidos .

 ¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor  perdóname


 Te amo,
 Gracias


 Ana María

 Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


Ego

Hoy me pides que hable del Ego, es un tema intenso y me cuesta explicarlo de una manera simple pero trataré de hacerlo.

Ego viene del latín y significa Yo.

Pero ¿a qué yo se refiere?.

¿Al yo que soy verdaderamente, ese yo,  eterno, sereno e inafectado que tan solo observa lo que sucede?

No,  se refiere al Yo  con limitaciones y que se  identifica con los cinco sentidos y  con el cuerpo físico.

Yo creo ser, tres personas al mismo tiempo:

Lo que yo creo que soy.

Lo que los demás creen que yo soy.

Lo que verdaderamente soy.

Lo que yo creo que soy es algo engañoso, porque cuando me refiero al pequeño yo, estoy identificándome con el cuerpo y sus sentidos.

Yo no soy el cuerpo, YO SOY  el conductor del cuerpo, mi cuerpo es mi vehículo.

Lo que los demás creen que soy, es mas irreal aun, porque cada persona me ve a través de su marco de referencia, y ese marco de referencia,  está dado por sus memorias.

Entonces no habrán dos personas que me puedan ver de la misma manera.

Para unos soy hija, hermana,  para otros soy la madre, la abuela, la amiga o enemiga, la esposa, la nieta, la clienta etc.

¿Entonces quién soy realmente?

 Soy todo eso y mas,  mi cuerpo esta formado por mis memorias, pero mi esencia es Divina.

Soy eterna,  un ser absolutamente perfecto, una parte de lo absoluto, un observador inafectado de todo lo que va sucediendo con los otros dos “Yo”

Cuando el pequeño Yo, me confunde haciéndome creer que él,  soy yo, entro en angustia, competencia, discusión, miedo,  rabia, celos. Etc.

Tratare de ponerlo en otras palabras.

El cuerpo sin vida es materia inerte, cuando ese cuerpo es habitado por la luz de la consciencia verdadera o  supra consiente o sea el YO SOY, toma vida, y se llena de luz. Pero esa luz proyecta una sombra que es el ego.

Cierto es que hay el aspecto positivo del ego que es el actúa en el plano humano de las buenas cualidades.

Pero también esta el ego, lleno de miedo que esta en constate ataque-defensa.

Tal vez éste ejemplo es mas simple: imagínate que entro a una sala de  cine; Frente a mí está la pantalla en blanco. De pronto se apagan las luces y comienzan a proyectar la película sobre esa pantalla.

Suceden entonces,  situaciones dramáticas,  me conmuevo, quizá llore o me ría, con lo que veo,  hasta que,  llega el final de la película,  se prenden las luces y la pantalla vuelve a estar en blanco.

!Inafectada por todo  aquello que hacen unos momentos se proyectaba sobre ella!.

Todo lo que vivo cada día es una película que proyecto sobre la pantalla de mi esencia verdadera, el problema está en creer que soy la película y no reconocer que en realidad soy la pantalla inafectada.

La película que proyecto esta dada por mis memorias, solo puedo proyectar lo que conozco, lo que tengo almacenado en mi banco de memoria.

Al practicar el Ho´oponopono  he aprendido a reconocer esto. Entonces cada memoria que identifico y entrego a la Divinidad, deja más clara mi pantalla.

La descubro nuevamente, inafectada, plena, simplemente existe. Cuando hablamos de llegar al cero, se refiere a eso,  a identificar la pantalla.

En los momentos que pasamos de una proyección a otra, o sea de un pensamiento a otro, hay momentos en que la pantalla queda en blanco y eso es el cero.

Entonces cuando acepto esta hermosa realidad, lejos de apartarme del mundo, me integro, vivo este momento, esta experiencia humana con intensidad, alegría y gratitud. Teniendo siempre presente que tan solo es: Una película.

 Divino Creador Padre, Madre, hijo, los tres unidos como solo Uno, Te entrego toda mis memorias de  confusión y de  identificación con el cuerpo para que las transmutes el luz, y así poder descubrir la serenidad de mi YO SOY.

¡Y así se ha hecho!

Lo siento, por favor perdóname

Te amo

Gracias

Ana María

 


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”