VIVIR EN ANANDA

¿Qué significa “Ananda”?

Es una palabra sánscrita que significa serenidad.

¿Y qué es la serenidad?

Es un estado de armonía total.

 

Esa armonía la buscamos desde siempre, pero en esa búsqueda podemos confundirnos y optar por las emociones extremas esas que provocan que nuestro organismo genere adrenalina.

 

Los seres humanos nos hacemos adictos a la adrenalina, esta es una sustancia que segregamos cuando nos encontramos en situaciones límites.

La euforia es una de sus expresiones más representativas, y solemos confundir la alegría o la felicidad con euforia.

 

La adrenalina es de corta duración, hay adrenalina en una carrera de carros, como en una discusión acalorada o en una experiencia de peligro.

 

Después de la emisión de adrenalina, nos quedamos agotados, viene el “bajón”. Entonces sin darnos cuenta volvemos a buscar situaciones que nos lleven a segregar adrenalina.

 

En cambio en la serenidad segregamos endorfinas que son hormonas que generan todo tipo de sanación en nosotros, la endorfina puede ser de muy largo efecto y lejos de desgastarnos nos alimentan.

 

Si me observo podré diferenciar fácilmente una de la otra.

 

Hay cierto placer en recrear en nuestra mente las situaciones de enfrentamiento que tuvimos con alguien, entonces sentimos una especie de fuerza que se mueve en nosotros, es la rabia, generando su dosis de adrenalina.

 

Entonces podemos tomar decisiones o dar respuestas que luego traerán consecuencias que no siempre serán positivas.

 

También perdemos la serenidad cuando dejamos de aceptarnos tal y como somos. Queremos cambiar nuestro rostro, nuestra contextura y huir de los signos que va dejando la edad en nosotros.

 

Es bueno querer mejorar, pero desde un estado de aceptación.

 

Así como en la naturaleza vemos la gran variedad de especies, los seres humanos tenemos también aspectos variados, altos, bajos, claros, oscuros, gordos y flacos.

¿Quién dijo que teniamos que convertirnos en una sociedad de clones?

 

La serenidad la encontraremos en la aceptación. Comenzando por aceptar que generalmente las cosas no salen como queremos, a veces salen mejor o peor o simplemente no salen. Cuando finalmente aprendemos esto habremos dado un paso hacia nuestra serenidad.

 

Podemos redireccionar y seguir adelante.

 

La serenidad también está en el perdón. No en la idea equivocada que tenemos de perdonar a otras personas, ¡NO!

El perdón radica en perdonarnos a nosotros mismos, cuando ya no exista conflicto interno, no debe existir conflicto con nadie más.

 

Son muchas las situaciones que consideramos imperdonables, sin embargo si profundizamos un poco veremos que detrás de todos los argumentos hay una pregunta flotando: ¿qué hice yo, para que sucediera esto?

 

Siempre será necesario perdonarnos una y otra vez, y la frase “Me perdono” dicha repetidamente es como un bálsamo que poco a poco va haciendo la curación y regresándonos a la serenidad.

 

Otra cosa que nos aleja de la serenidad son los miedos, los miedos existen en nuestra mente y los recreamos una y otra vez y en su gran mayoría son sobre cosas o situaciones que probablemente nunca sucedan.

 

Si te das cuenta aquello que nos aleja de la serenidad siempre está situado en el pasado o en el futuro.

 

La serenidad es presente, es el único tiempo que existe realmente, aqui y ahora estoy en paz, aqui y ahora tengo serenidad.

Sólo si me muevo a recordar y revivir el pasado como si fantaseo con cosas que pueden traer el futuro, me alejaré de la serenidad.

 

Serenidad es paz.

 

“ALOHA” es el quinto principio Huna que significa “AMOR”, y para los antiguos hawaianos la descripción de “Amor” es: Estar feliz.

Ellos no se referían a ese estado de euforia que a veces llamamos felicidad, sino a estar en serenidad.

 

Cuando tengo serenidad, no agredo, no ofendo, no me atormento con pensamientos negativos, cuando tengo serenidad todo a mi alrededor se armoniza.

Serenidad es ANANDA, y eso nos lleva a…

 

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 

 

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como sólo UNO. Te entrego todas mis memorias de miedo, rencor, dolor y agresión para que Tú, las trasmutes en luz.

 

Enséñame a recuperar mi estado natural de serenidad.

 

¡Y así se ha hecho!



 

Lo siento, por favor perdóname



 

Te Amo
Gracias
 

 



Ana María 
 

 

 


Aloha  Ke Akua

 


“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”