Limpieza y Meditación

La palabra limpieza en la practica del Ho´oponopono, se utiliza mucho.

Se trata de ir limpiando  mi subconsciente de todas aquellas memorias que me  traen dolor, sufrimiento, dificultades y bloqueos.

Soy yo,  y nadie más,  quien activa las memorias que van conformando mi realidad.

Cada vez que repito las dos palabras mágicas “Te amo, gracias”, estoy haciendo entrega de una memoria a lo Divino, para que sea transmutado en luz.

Puede que el resultado no lo vea inmediatamente,  ya que una memoria  puede tomar un tiempo en ser completamente transmutada,  porque la limpieza  siempre se inicia, desde su origen.

Es muy difícil, casi imposible diría yo, saber cual fue el inicio de determinada memoria, ya que nuestras memorias vienen desde tiempos ancestrales.

¿Como saber si la memoria de temor a la oscuridad, por ejemplo, viene como herencia desde mi madre, o la adquirió un antepasado cavernícola cuando se perdió en una cueva profunda?

Si considero que cada segundo, mi Unihipili  (Subconsciente-Niño Interior), está haciendo uso de más de quince millones de memorias simultáneamente, como seria posible que yo pueda identificar cuando  y cómo, se inicio la memoria que este momento me está causando dolor.

De lo que si,  puedo estar segura,  es que una vez producido el hecho,  que grabo la memoria que se viene heredando de generación en generación, esta se manifestará millones de veces durante mi vida, a no ser, que la entregue a la Divinidad para que sea transmutada en luz.

Un texto que recibí hace poco desde el ashram de mi Maestro hindú,  dice así:

“Si arrojas una piedra a una charca se origina una pequeña onda, que se esparce hasta los límites de la charca. Puede que lo veas o no, pero la onda se inicia exactamente en el punto en que la piedra toca el agua. De la misma manera, en el lago de tu mente, cuando arrojas la piedra de un pensamiento, comienzan a difundirse ondas de pensamiento …”SSB

La única manera de detener esas ondas,  es haciendo la entrega.

Es cierto que las palabras “Te amo, gracias” son como mi respiración, las repito una y otra vez, pero las memorias se están activando y creando a cada momento, entonces la mejor manera de mantenerme borrando es estar en contacto directo con mi Unihipili o Niño Interior y hacer con él, un pacto de limpieza constante,  para todas las memorias negativas,

¿Cómo hacerlo?

Una forma muy fácil y efectiva es mediante la meditación , o la relajación guiada en la que tomo contacto con mi niño o niña.

La idea es familiarizarme con esta imagen infantil que tiene un poder inmenso,  ya que guarda todas memorias y que es el o la  responsable de la realidad que vivo día a día.

Una vez contactada con  mi niño, le pediré perdón por haberlo abandonado por tanto tiempo, le diré que no volverá estar solo y que  junto conmigo emprenderemos la tarea de limpiar de manera constante las memorias de dolor.

La comunicación con mi niño se hará cada vez mas intensa y confiable, tanto de mi parte,  como de la suya.

Si mi niño me da una indicación, lo mejor será escucharlo, para crear lazos de confianza entre ambos.

No sirve de nada si pido la guía del Niño y hago lo contrario, ya que el niño que esta siempre dispuesto a servirme,  no entenderá el rechazo,   y crearé  en él, una especie de cortocircuito.

Al comienzo cuesta un poco, ya que la costumbre de ser guiados por el lado izquierdo del cerebro, el lado lógico, el que solo cree en lo que se ve y se toca, está muy arraigada.

Dejarme guiar por mi niño, es dejar a mi lado derecho tomar la iniciativa, y es con este lado del cerebro que la creatividad en toda su magnitud, se manifiesta, también es por donde entra la inspiración.

Limpieza y meditación van juntas, meditar no solo es sentarse aislado, tratando de poner la mente blanco.

Meditar es enfocarse, es tener un punto referencial constante, y en este caso estaré enfocada en limpiar todo aquello que me cause dolor o incomodidad.

“Te amo, gracias”,  es mi mantra,  pero también es la palabra clave que activa a mi niño interior para  hacer la limpieza constante.

Mas adelante quizá hablaremos del otro tipo de meditación, aquella que nos lleva juntarnos, diluirnos y desaparecer con lo infinito.

Pero eso será mas adelante.

Hoy mi tarea es hacer cada vez mas fuerte mis lazos con mi niño interior y trabajar juntos para  llegar a la meta: al Punto Cero.

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego toda mi curiosidad por identificar las memorias que deseo limpiar, para que tu la transmutes en luz.

Dejo que se haga Tu voluntad y no la mía, confío  y quedo en paz.

¡Y así se ha hecho!


Lo siento, por favor  perdóname


Te amo,
Gracias


Ana María

 


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”