VIVIR SIN MIEDO

“Dejamos de temer aquello que se ha aprendido a entender”

                                                                                 Marie Curie

 

El miedo es una emoción primaria que nos acompaña desde que

nacemos y lo ideal sería terminar nuestras vidas sin su compañía.

 

Sin embargo el miedo en su aspecto positivo nos hace cautelosos,

nos pone límites, y nos ayuda a sobrevivir.

 

En su aspecto negativo, nos paraliza.

 

Los miedos pueden ser reales o imaginarios, son los miedos

imaginarios los que están con más frecuencia en nuestra vida.

 

Ellos son irracionales y podemos aprender a debatir con ellos.

 

¿Qué quiere decir esto?

 

Que en ese dialogo interno en donde nos hacemos preguntas como

“¿Y si… pasa esto o lo otro?…”

 

Basta examinar la pregunta para darnos cuenta que es algo

que no está sucediendo y que quizá jamás suceda, pero sin

embargo le tememos. Al darnos cuenta de esto mismo: ¡ya lo

estamos debatiendo!

 

De niños experimentamos gran variedad de miedos, a la oscuridad,

a los ruidos fuertes, a quedarnos solos, a los insectos, al colegio,

los profesores, y etc.

 

Algunos de estos miedos pasan, y otros, los transformamos en

miedos que nos condicionan sin que nos demos cuenta. Pero el

miedo que siempre estará presente es el miedo a la muerte.

 

Hay una lección que aprendí hace muchos años. Desde muy

pequeña fui muy apegada a mi abuela Alejandrina, y desde

pequeña, cada cierto tiempo me angustiaba pensando que ella

podría morirse, cuando era niña ese pensamiento me llevaba al

llanto. Ya más grande me angustiaba mucho, el tiempo pasó y

cuando mi abuela tuvo 90 años, enfermó, perdió la memoria y se

deterioró muy rápidamente, murió tres años después y cuando esto

sucedió, di gracias a Dios por haber liberado a mi abuela de un

cuerpo que la mantuvo prisionera esos tres últimos años.

 

Entonces comprendí que había pasado mucho tiempo temiendo por

algo, que cuando sucedió, lo sentí como una liberación necesaria.

 

Hay tantos y tantos tipos de miedos que nos paralizan y de los

cuales podríamos liberarnos sólo con darnos cuenta que están tan

sólo en nuestra mente.

 

¿Cómo trabajar los miedos con Ho´oponopono?

 

He escuchado a muchas personas tratando de explicarse de dónde

proviene tal o cual miedo, y la verdad es que eso no hace más que

fortalecerlo.

 

No podremos saber de dónde viene exactamente el miedo que nos

paraliza, pero sí podremos aceptarlo y entregarlo, tantas veces

como sea necesario.

 

Cada vez que entregamos una memoria, ésta regresa transmutada

en luz, esa luz no es otra cosa que iluminación, entendimiento,

comprensión.

 

Esa comprensión nos aclara y nos conecta con nuestro verdadero

Ser, de algo si estoy segura, que mientras más nos conectamos con

nuestro verdadero Ser, más cerca estamos de la Existencia

Universal, El Creador, Dios, el Poder Superior o como quieras sea el

nombre de tu entendimiento para lo Absoluto.

 

Cuando nos conectamos con Él, dejamos el miedo.

 

La limpieza constante de memorias nos mantiene cada vez más y

más lúcidos, nos damos cuenta de la verdadera naturaleza de las

cosas y como dice el encabezado de este artículo, dejamos de

temer a todo aquello que hemos podido entender.

 

Una característica del miedo es que tiene una vibración muy baja, y

atraemos las cosas por vibración.

 

Por ejemplo el miedo a la enfermedad, es más nocivo que la

enfermedad misma.

 

El doctor Edward Bach, el médico que descubrió los

famosos remedios florales, en su observación temprana del ser

humano, pudo notar que primero es el miedo y luego viene la

enfermedad.

 

Frente a la enfermedad de cualquier tipo hay que vibrar muy alto, y

esa vibración nos la da el amor.

 

Cuando estemos frente al sufrimiento, no lo alimentemos temiendo,

todo lo contrario, el amor y la gratitud serán el mejor antídoto, repetir

“Te amo, gracias” será siempre el gran transmutador.

 

Finalmente, el gran temor que tenemos a la muerte desaparece

cuando nos damos cuenta que somos seres eternos, transitando

por una experiencia material.

 

Tú y yo somos eternos, algún día dejaremos el cuerpo que estamos

utilizando como vehículo, pero la esencia de nosotros continuará.

 

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo

Uno. Te entrego todas mis memorias de miedo y desconfianza,

para que Tú, las transmutes en luz.

 

Enséñame a darme cuenta que soy un Ser de luz que vivirá

eternamente.

 ¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor perdóname

 Te amo, Gracias

 Ana Maria

 


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


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