SADHANA

Sadhana en sánscrito significa práctica o disciplina espiritual, y la verdadera
disciplina espiritual comienza con el manejo saludable de los sentidos.

Cuando hablamos de disciplina espiritual inmediatamente imaginamos visitas a
los templos, horas y horas de oración, o hasta ¡flagelaciones y caminatas
de rodillas!

Nada de eso, por sí solo es efectivo, y creo que algunas veces, tampoco
saludable.

La espiritualidad es alegría, es positivismo, es aceptación consciente y
responsable, es entrega y servicio, no resignación, porque la resignación es
una expresión victimizada, en cambio la aceptación trae alegría.

El manejo saludable de los sentidos es fácil como concepto, pero créeme
requiere un esfuerzo constante y consciente.

Los sentidos pertenecen al cuerpo, la mente ejerce gran poder sobre el cuerpo
y siempre está tratando de convencernos de que somos el cuerpo, por
consiguiente los sentidos cobran gran relevancia.

Es como ir montando un caballo que corre desbocado, tomar las riendas y
conducir a ese caballo en la dirección correcta es el trabajo de toda una vida.

La dirección correcta es ir al descubrimiento de nuestro propio Ser.

Algo tan simple como hablar puede llevarnos por caminos tortuosos, sino trata
de recordar cuando una palabra dicha sin pensar, te trajo consecuencias
graves.

Vivimos en un mundo lleno de estímulos sensoriales, es por eso la importancia
de ese manejo saludable.

Esto no es algo moderno, ya lo decía dos mil años atrás, Séneca filósofo
político y orador:

«No se obtiene la felicidad si no podemos limitar nuestros deseos y
necesidades».

Hoy ese concepto es actualizado en la palabras de Serge Latouche, pensador
francés:

«Vivimos fagocitados por la economía de la acumulación que conlleva la
frustración y querer lo que no tenemos ni necesitamos».

La cultura del consumo, estimula los sentidos y nos volvemos insaciables, le
damos el valor a las cosas de hacernos felices.

Deseamos tener aquello que nos gusta porque en el fondo estamos dándole a
ese objeto el poder de hacernos felices y ese tipo de felicidad dura muy poco,
porque inmediatamente saltamos a otro deseo y así sucesivamente.

Es muy agradable tener comodidades y no hay porqué renunciar a ellas, pero
no hagamos de esas comodidades la condición primordial para ser felices.

La verdadera felicidad es calma pareja, sin picos de eufória, es una estado
que podemos experimentar simplemente cuando nos sentamos en calma y
sentimos nuestra existencia, es decir cuando nos ubicamos en el aquí y el
ahora.

Una tarde apacible, una conversación amena, un hermoso paisaje, todo eso es
felicidad y si te das cuenta es algo parejo, como el horizonte: ¡no hay más!

Los sentidos nos empujan a buscar ese algo más, y creemos que mientras más
aparatoso es mejor y no es así, estoy segura que alli donde te encuentras en
este momento que lees estas líneas estás experimentando un momento de
felicidad!! convéncete no hay más, esto es, simple, calmo, constante…

Algo que he aprendido y que ya es parte de mi vida, es ofrecer todo lo que
hago a Dios, cuando algo es ofrecido sinceramente se transforma en sagrado
y su esencia cambia inmediatamente.

En la India acostumbran a colocar dulces o alimento en los altares mientras se
hace alguna ceremonia y luego se reparte entre los devotos, ese alimento se
llama “Prasad”.

Si aquello que hacemos es ofrecido a Dios también se transformará en
“Prasad”, imagínate que al comenzar el día ofrezcamos todas nuestras
palabras, pensamientos y acciones estaremos experimentando un día lleno de
alimento consagrado.

Todo está en probar, sin expectativas, sólo como una prueba y si al hacerlo ves
que tu día se ilumina y tus pensamientos se purifican, ¡adelante!

Hoy ofrezco este artículo a la divinidad y comparto contigo este “Prasad”.

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como sólo Uno. Te
entrego mi mente para que Tú, la llenes de luz.

Enséñame a reconocer la verdadera felicidad y mantener mi estado de
paz.

Y Asi se ha hecho


Lo siento, por favor perdóname
 


Te amo, Gracias



Ana Maria



Aloha Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


UNA PRUEBA

 Yo llegué a este plano de existencia en 1953, pero mi verdadero nacimiento

sucedió el Martes 12 de Mayo de 1992.

 Tenía ya seis años de haber iniciado mi preparación como terapeuta y tres

años ejerciendo, pero mi vida estaba llena de resentimiento.

 Me había quedado en la etapa en la que creía, que todos tenían la culpa de mi

dolor.

 Las pruebas que viví fueron muy duras, quizás en una escala del uno al diez

fueron la número nueve.

Entonces me sentía con todo el derecho de juzgar y acompañaba a las

personas que venían a mí, en busca de orientación, con los mismos

argumentos: “que injustos han sido contigo”, “tienes todo el derecho de

reclamar”, “no tuviste la atención que merecías”, etc, etc.

 

De pronto un día me enteré, que había llegado a Lima, una señora que

enseñaba las terapias florales del Dr. Bach y fui a verla.

 

En su oficina tenía una pequeña ánfora de cristal llena de algo parecido a la

ceniza y yo no podía prestar atención mientras ella hablaba, porque este

pequeño objeto me tenía totalmente intrigada. Entonces hice la pregunta: ¿Qué

es eso que tienes allí?, ella contestó es “vibutthy”, ¿qué, qué es eso?… es la

ceniza que sale de las manos de Sai Baba… ¿Y quién es Sai Baba?… si te

interesa te puedo prestar un libro que habla sobre él, me dijo…

 

Llegué a mi casa y comencé a leer el libro y no podía parar de llorar. Todos mis

argumentos de rencor se iban desintegrando frente a un mensaje totalmente

liberador!!

 

En ese entonces estaba apartada de la religión católica, no quería un Dios que

permitía tantos sufrimientos.

Pero Sai Baba, hablaba de amor, de unidad, de creer y entregar, también

causa y efecto: Karma, pero no como algo de lo que no se puede escapar, sino

más bien algo que podemos purificar entregándonos a Dios.

 

Lo más importante, para él, es que Dios estaba en mí y en todos y me decía si

perteneces a una religión, esa es la verdadera, porque sea cual fuese el nombre que

le des a Dios, es siempre el mismo, y si eres católica, sé la mejor católica y si

eres judía sé la mejor judía… y si no tienes religión sólo ama y estarás en el

camino correcto!!

 

A partir de ese día traté de hacer todo lo que él indicaba, mi sed de

aprendizaje era insaciable, y comenzaron a llegar a mí todas las

enseñanzas, fueron catorce años de lectura ininterrumpida, llegaron a mí

uno a uno los pasos a seguir y en el interín comencé a viajar a la India, a la

casa del Maestro a nutrir mi espíritu , y seguí Sus enseñanzas, y me esforcé al

máximo, pero no conseguía algo que era fundamental: La entrega.

 

Yo decía haber entregado pero en realidad siempre me mantenía en control

¡Tratando de controlar a Dios! ¡Que ilusa!!

La última vez que estuve en la India fue el 2009, fue mi viaje número once, y

no había avanzado mucho en mi entrega.

 

Para ese entonces, ya sabía del Ho´oponopono desde el año 2007 pero no lo

había entendido verdaderamente, y no es sino hasta el 2011, en que leí el libro

“Cero límites” de Joe Vitale, cuando entendí que esa era la herramienta de

la entrega. Simple, bastante simple! pero muy efectiva!!

 

Y decidí hacer la prueba, entregarlo todo con un simple “Te amo, Gracias”, no

juzgar, no criticar sólo entregar.

 

Todo lo que había aprendido en los años anteriores tomaba fuerza, se

materializaba, cada vez tenía más y más paz, cada día mi entrega era más

profunda y de pronto me encontré agradeciendo por todo, sin resistencia,

aceptando, una y otra vez y con la convicción de “que se haga Tú voluntad y no

la mía”.

 

Todo se hizo más fácil, deje de ser hacedora para convertirme en instrumento.

Dios a través mio en todo, hasta en los detalles más mundanos, o

insignificantes.

“ Dios mio eres Tú a través mio”.

Nunca más volví a sentirme víctima, ni abandonada, ni alejada… no te puedo

negar que he tenido y tengo momentos difíciles, pero cuando se vive en paz y

sin resistencia, ya no lastiman.

 

¿Quieres sentirte asi?, intenta hacer esa prueba, deja de controlar y entrega, y

verás que a cada entrega siempre hay una respuesta, siempre somos

escuchados, Dios no está sólo en el cielo, está tan cerca como tu propio

aliento, está en ti y en el hombre que se sentó a tu costado en el metro, está

en ti y en cada uno de tus empleados, está en ti y en la vendedora del

mercado, en ti y aquella persona a la que quieres, y en la que no quieres tambien, está en ti y en tu pareja, en tus hijos y en todo.

 

Y todo lo que vemos en cada uno de ellos no es otra cosa que el reflejo de

nuestro propio ser, empañado muchas veces por las memorias que aún no

hemos limpiado.

 

Agradezco aquel bendito día en que una pequeña ánfora llamó mi atención, fue

el inicio a esta vida de entrega y lucidez.

 He seguido recibiendo información y enseñanzas que se fortalecen unas a

otras.

 Las formas de llegar son muchas, el camino es sólo uno: La entrega y el

constante “que se haga Tú voluntad y no la mia”.

 

¿Te animas a hacer la prueba?

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 

 Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como sólo Uno. Te

entrego cada pensamiento, palabra y acto de mi vida para que Tú, lo

transmutes en luz.

 Enséñame a entregártelo todo y transfórmame de “hacedora” en

“instrumento”.

 
Lo siento, por favor perdóname
 


 Te amo,  Gracias

  
Ana Maria
 

 Aloha  Ke Akua




“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 

¿DIFERENTE?

 ¿Te sientes diferente? ¿Crees que eres mejor o peor? ¿Te sientes

envidiado? ¿Observado? ¿Traicionado? ¿Especial?…

 

Bueno, sólo te puedo decir que todos esos pensamientos son ¡irracionales!

Eso quiere decir que realmente son creaciones de tu propia mente, y que en realidad sólo suceden allí.

 

Tú , yo y el resto de la humanidad somos exactamente iguales, pertenecemos a lo Divino, somos luz.

 

Imagínate que tienes cinco bombillas de luz, conectadas a una fuente de electricidad, cada bombilla tiene una potencia diferente, 20, 40, 60, 75 y 100 voltios, cuando las encendemos cada bombilla alumbrará de acuerdo a su capacidad, a pesar de que la electricidad que pasa por cada una de ellas es la misma.

 

En  el transcurso de la vida nuestra capacidad de emitir nuestra luz podría ir aumentando de acuerdo al esfuerzo y a la constancia que le pongamos.

 

Cuando te sientes diferente, es porque aún te sientes separado, cuando crees que eres envidiado, la envidia está activa en tí, si te sientes observado, es por las memorias de miedo y de rabia, igual sucede cuando te comparas y quieres demostrar quién eres…

 

Todo está sucediendo siempre en tu interior, en la medida que limpies tus memorias cada vez te sentirás más unido y podrás identificar la luz en tus semejantes. Se dice que un iluminado es aquel que puede ver la divinidad en todo y en todos.

Hay algo que aprendí en el tiempo que pasé en la India, y que luego lo pude aplicar a todo…, la India por su vibración espiritual tan elevada, es el espejo de lo que llevamos dentro. Cada persona que llega a ese país, tiene una visión y una opinión diferente.

En un comienzo creía que sólo allí , sucedía esto, luego me dí cuenta que es en todas partes, vemos externamente lo que llevamos dentro.

 Comencé los primeros viajes muy temerosa e insegura, sentada en el atrio, durante las largas horas de espera para ver a mi Maestro, sintiéndome observada y culpable, me sentía diferente, soberbia por momentos, incapaz en otros.

 Durante el cuarto viaje, un día decidí ir de visita a la ciudad de Bangalore, fui a almorzar a un restaurante, en la mesa de mi costado se sentó una familia,los padres y tres hijos, mientras esperaba que me sirvieran los fui observando, no entendía nada de lo que hablaban pero era obvio que estaban de compras y felices revisaban la ropa y los utensilios que habían comprado, los niños jugaban por ratos y por ratos peleaban, la pareja se complacía mirándolos e intercambiaban miradas de satisfacción viendo a sus pequeños.

 

De pronto me dí cuenta que estaba viendo una imagen cotidiana, que podría estar sucediendo en cualquier lugar del planeta, me reconocí en ellos, y por primera vez puede sentir esa sensación de unidad, de identificación y de pertenencia. Fue un momento de lucidez.

 Pero ese momento abrió un canal de comprensión en mí, cuando regresé al ashram, era todo diferente, ya no me sentía separada, comencé a ver la unidad de todos, en esa oportunidad se encontraba en el ashram una princesa belga,ella también esperaba como todos la salida del Maestro, y me dí cuenta que todos somos seres en búsqueda, a la espera de reunirnos una vez más con la fuente y tener paz.

 

Desde la mujer más primitiva, la semidesnuda, con el cuerpo cubierto de cúrcuma, hasta la reina vestida de seda y cubierta de joyas, pasando por mí y por tí, todos estamos buscando lo mismo: tener paz.

 

Tener esta visión y sensación de unidad, no me convierte en una persona sin opinión, o sin acción, puedo opinar, no estar de acuerdo o estarlo, puedo tener simpatías y aversiones, gustos y coincidencias, sin alejarme de mi paz.

 

Alguna vez, vino a uno de mis talleres, un fiscal, y al escuchar una explicación sobre este tema, preguntó ¿y cómo hago yo si mi trabajo es acusar, y pedir castigo para quien delinque?

 

La respuesta es simple, la justicia es un valor que prevalece, pero se puede ejercer la justicia sin odio, es más se puede ejercer con compasión.

 Compasión es el reconocimiento de igualdad, el dolor o la felicidad del otro también son tuyos…

 Aquel que ha cometido un delito tiene la misma luz divina, pero aún no puede expresarla, está limitado por sus memorias negativas.

 

Es igual si tienes que defender a tu patria, tus principios, la lealtad, etc… pero no tienes por qué odiar a tu adversario.

 Si aprendemos a desmitificar a las personas, nos acercaremos de manera diferente a ellas, un actor, un rey, un presidente, la persona que te vende la verdura en el mercado, el que cuida la entrada de tu edifico, el policía, etc.

 

Tiene familia, sueños, planes, y esperanzas, cada día añoran llegar a su casa, estar con su familia o simplemente descansar en su cama, pobre, fastuosa o humilde, es su casa, su lugar de refugio.

 

Todos sentimos lo mismo, no hay diferencia, tenemos habilidades diferentes, trabajos diferentes, pero siempre la esencia es la misma: ¡Somos Luz Divina!

 Intentemos reconocer esta luz en cada ser, como todo camino, éste también comenzará por un paso.

 Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego todas mis memorias de separación, critica y juzgamiento para que Tú, las transmutes en luz.

 Enséñame a verte, brillando en todos y en todo y a sentirme unida a ellos

 

¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor perdóname

 Te amo, Gracias

 Ana Maria


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”