TU CASA, ES TU CUERPO GRANDE


(…)Háblanos de las casas.

 

VUESTRA CASA ES VUESTRO MÁXIMO CUERPO. ¿Tenéis paz? ¿tenéis

recuerdos? ¿tenéis belleza? Vuestra casa no será un ancla sino un mástil.

 

Porque aquello que habita en vosotros de infinito habitará en ellas.

 

                               “El Profeta” de Khalil Gibran

 

 

Cuando el doctor Ihaleakala Hew Len, relata su trabajo en el pabellón especial

de la cárcel de Hawaii, hace hincapié en el estado del lugar, en donde las

paredes se descascaraban cada vez que eran pintadas, las cañerías

reventaban y él cuenta que ese era también el estado de las personas que allí

habitaban.

 

Esto no hace sino afirmar como dice el párrafo de inicio que nuestra casa es

nuestro cuerpo grande, así como es el lugar donde vivimos así estará nuestro

propio cuerpo.

 

Eso nada tiene que ver con la situación económica, sino con el estado interno

de cada uno.

Un recuerdo muy agradable que guardo, es cuando iba con mi madre a la

casa de su zapatero, este hombre vivía con su familia en un solar compartido

por varias familias de escasos recursos.

 

Bueno, las visitas a este zapatero eran para mí un motivo de admiración.

El lugar en donde trabajaba era al mismo tiempo , taller, casa, cocina y

dormitorio.

 

Su esposa cocinaba para dar almuerzo a gente que trabajaba cerca de alli,

mientras él , cortaba y armaba los zapatos en una esquina de este lugar

multifunción.

 

El piso era de tierra asentada, y lo mantenían siempre muy limpio, las ollas de la

cocina de la señora, brillaban, todo estaba en un orden perfecto, no faltaba un

pequeño jarrón con flores y siempre eramos agasajadas con un vaso de algún

delicioso refresco, todo era como lleno de luz.

 

El hijo mayor era el encargado de cortar las suelas para los zapatos que hacia

el padre, y por las noches estudiaba Derecho. Este mismo muchacho llegó a

ser un juez muy reconocido.

 

La alegría que se respiraba en ese lugar me atraía y lo admiraba.

 

En esa casa no había escasez, aunque no fuera un lugar lleno de

comodidades, la actitud de cada uno de sus miembros era abundante.

 

El entorno de cada uno de nosotros, no es más que la reacción, reflejo y

resonancia de nosotros mismos.

 

Cuando en los talleres de abundancia, revisamos las memorias de carencia

que tenemos activadas, puedo ver la sorpresa dibujada en los rostros de los

participantes, cuando descubren que la carencia vive primero en el

pensamiento.

 

Paralelamente al caso que te acabo de relatar, conocí otro caso de una familia

de abundantes recursos que vivía con la carencia como su compañera.

 

Tenían un departamento de lujo en la avenida más cara de Lima, llena de

alfombras persas y objetos valiosísimos, pero nunca recibían a nadie.

 

La dueña de casa tenía señalados como pasadizos por donde se podía

transitar, para que no se deterioraran las alfombras!!

 

¿Es eso abundancia o escasez?  

 

Estos dos casos no son motivo de crítica, sino que nos pueden ayudar para la

observación de nosotros mismos…

 

Como podrás ver no es la situación económica, sino la situación interna de

cada uno de nosotros lo que hace que vivamos en abundancia o escasez.

 

¿Cómo está mi casa, cuán acogedora puede ser?

¿He aprendido a compartir, o vivo atemorizada a perder lo que tengo?

¿Cómo está el orden y la limpieza en los rincones que nadie ve?

¿Cómo está el orden y la limpieza en los rincones de mi corazón?

 

La abundancia es una vibración con la cual podemos sintonizarnos, pero para

eso será necesario reconocer, admitir y limpiar todas las memorias de carencia

que tenemos activas y que nos desarmonizan.

 

Hoy observaré todo de mí, mis pensamientos, mi casa, mi trabajo y mi entorno

en general, y reconoceré cómo mis memorias activas se ven reflejadas en mi

realidad, hecho así, corregiré, limpiaré y las entregaré a la Divinidad para que

sean transmutadas en luz.

 

 

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 

 

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como sólo Uno. Te

entrego todas mis memorias de envidia, egoismo, temor y carencia,

para que Tú, las transmutes en luz.

 

Enséñame a compartir sin temor a perder.

 

¡Y así se ha hecho!
 

 

Lo siento, por favor perdóname
 


 

Te amo,  Gracias

 

 
Ana Maria
 

 

 

Aloha  Ke Akua


“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 

ENTREGARSE

“Ho´oponopono es entrega, es dejar el control”

 

Después de muchos años de práctica espiritual, me era imposible llegar al estado de entrega. Mi ego se resistía y aunque  podía entender en qué consistía la entrega,  se me dificultaba  ponerla  en práctica,… hasta que llegó a mí,  el ho´oponopono.

Algo que había  estando intentando con gran esfuerzo,  se hacía simple con sólo poner a funcionar la fuerza creadora de la palabra y a su vez estar en un constante estado de entrega.

 

Entender y poner en práctica la entrega es fundamental.

 

Muchas veces nos acercamos a diferentes disciplinas con la esperanza de solucionar los problemas de una forma casi mágica. Eso es irreal.

 

Cuando entendemos que en ho´oponopono no se pide sino que se entrega, habremos iniciado el verdadero camino para poder vivir con la aceptación que es: “que se haga Tu voluntad y no la mía”

 

Lo sorprendente es que cuando estamos en control, nos limitamos a ejecutar sólo lo que esta almacenado en nuestra memoria, es decir aquello que conocemos y que repetimos una y otra vez obteniendo siempre los mismos resultados.

Si estos resultados son favorables entonces nos quedamos satisfechos, sin percatarnos que quizá existen mejores resultados que no están dentro de nuestro marco de referencia: o sea nuestras memorias; cuando los resultados no nos agradan, seguimos intentando una y otra vez con los mismos instrumentos, ilusamente, esperando resultados diferentes.

 

Cuando asistí a mi primer taller de ho´oponopono, Soledad mi querida maestra quien compartía su conocimiento con nosotros, nos puso un ejemplo.

 

“Es la historia de un hombre que todos los dias se demoraba tres horas para llegar a su trabajo, viendo su fastidio, un amigo le sugiere que comience a hacer todo su esfuerzo para conseguir su propia movilidad para ir a trabajar. El hombre de la historia se empeña con todos los medios a su alcance y al cabo de un año consigue el carro, entonces ya no demora tres horas para llegar a su trabajo sino dos horas, tal vez si hubiera entregado su dificultad, se le hubiera presentado una solución diferente, como por ejemplo ¡conseguir un trabajo a pocas cuadras de su casa¡

 

Esta anécdota contiene la enseñanaza pura de lo que es la entrega. Entregar no es abandonar el esfuerzo, ni tampoco dejar nuestras metas.

 

Entregar es dejar de ser el “hacedor” para convertirte en el instrumento.

Es decir , seguir con nuestra actividad pero con la consciencia abierta a recibir nuevas probabilidades, ya que al haber entregado la situacion a la “mente Universal” que no tiene limites, las soluciones para esa mente universal son infinitas.

 

Nosotros con nuestra pequeña mente, sobre-poblada de memorias usadas y desgastadas, no permitimos que entre la luz de la inspiración que siempre es nueva, que viene directo de la mente universal, para recibir esa luz es necesario que estemos en capacidad de VERLA, OIRLA y PONERLA EN PRACTICA.

 

Si sólo estamos usando nuestras memorias viviremos eternamente atados a la repetición.

 

Cuando abrimos nuestra consciencia, dejamos que la inspiración oriente nuesro camino.

 

Lo curioso es que vivimos muchas experiencias de entrega en nuestra vida diaria. Nos dejamos conducir por el chofer del autobus sin dudar ni por un momento que tomará la ruta adecuada.

No embarcamos en un avión contentos y confiados que seremos conducidos a la ciudad correcta.

 

Vamos a un restaurant y comemos lo que se nos sirve sin haber controlado ni por un momento como se elaboraba el platillo.

 

Entonces no digamos que no sabemos entregarnos, !claro que lo hacemos¡

Pero entonces para qué, cuando se trata de Dios, la Divinidad, La mente universal o el Cosmos, queremos dirigir el camino.

 

No hay nada mas maravilloso que esa sensación de no estar solo, de estar siendo sostenido, acompañado, dirigido hacía lo que es mejor para uno mismo.

 

 

Cada vez que el temor o la duda tocan mi mente, repito “Te amo , gracias” y me embarco en el vagon de la entrega, tal vez tenga que hacerlo cien veces en un día, pero el resultado bien lo vale. Finalmente me encuentro en paz.

 

Comenzaré esta semana con más bríos en mi entrega, con más confianza, con más humildad, pero sobre todo con más aceptación

 

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como sólo Uno, Te entrego todas mis memorias de desconfianza y control para que Tú, las transmutes en luz.

 

Enséñame a aceptar y a reconocer la inspiración cuando este mostrándose ante mí.

 

¡Y así se ha hecho!
 

 

Lo siento, por favor perdóname
 


 

Te amo,  Gracias

  
Ana Maria
 

 

Aloha  Ke Akua


“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


 

RECOMPENSAS

El amor no exige recompensa, el amor en sí mismo es la recompensa.


Sathya Sai Baba

Hoy reflexionaba sobre las expectativas que tenemos. Es muy difícil no tenerlas, dentro de las expectativas está,  el esperar recompensas.

Se dice que en Ho´oponopono no se pide sino que se entrega, si pedimos esperamos recibir algo en concreto, si entregamos dejamos abiertas todas las posibilidades , es decir:  ¡dejamos el control¡.

Creo que mi  expectativa mayor es la paz,   pero, ¿ eso es totalmente cierto?, porque aun después de tantos años de trabajo espiritual,  a veces me descubro esperando que las  cosas, personas y situaciones  me den grados de paz.

Me descubro esperando recompensas por lo que hago…

Intelectualmente y racionalmente, he entendido que no es así, pero aun me falta poder vivirlo con todo mi ser, hacerlo parte de mí.

Hay un largo camino de auto indagación, para ir tamizando mis intenciones y así purificarlas de lo que me  aparta del camino de la entrega total.

Llegar finalmente al “Que se haga Tú voluntad y no la mía”

Hablar del desapego es fácil, practicarlo  ya no lo es tanto.

 ¡Desapegarnos del fruto de nuestras obras!, no esperar amor en reciprocidad al amor que damos.

Amamos a nuestra pareja, a los hijos y amigos y familiares, pero los amamos porque representa algo para nosotros, nuestro amor siempre esta condicionado a un “porqué”:  te amo porque eres mi hijo, te amo porque eres mi madre, te amo porque me complaces, te amo porque te necesito, te amo porque…, etc.

Por lo tanto,  !ámame tú también a mí¡

Y cuando no hay un “ te amo porque..” , hay ese estado de separación que hace que veamos como extraños a todos los demás.

¿Como llegar al amor sin porqués,  ni recompensas?

Mientras más cultive la coherencia, es decir que mi palabra, mi pensamiento y lo que hago, estén en la misma dirección estaré cultivando la rectitud, y la rectitud me llevará a cultivar la verdad y la verdad es la esencia del amor, y si hay amor  verdadero, ya no hay separación y por lo tanto tampoco expectativa de recompensa.

Solo en el egoísmo y en ese amor apegado a los porqués es que esperamos la recompensa, en cambio cuando se trata de ese amor verdadero, es tan basto que el solo experimentarlo nos mantiene totalmente plenos.

El esperar ser recompensados por el “amor que damos”, o por  lo que hacemos  por los demás, es en realidad una necesidad de llenar el  vacío interno.

El servicio en todas sus formas es un acto de amor, y es una fuente de paz, el servicio no tendría porqué estar separado del trabajo que hacemos.

Podemos cobrar por el trabajo que hacemos, y aun así el servicio puede estar inmerso en el,  se trata de hacer lo que hacemos con nuestro mejor esfuerzo, sentirnos instrumentos y no hacedores.

El instrumento sirve, el hacedor espera recompensa.

La recompensa no solo es esperar algo a cambio de, es también considerar que no recibimos lo suficiente, o sentirnos especiales y que no nos merecemos tal o cual trato, es en pocas palabras no aceptar nuestro cien por ciento de responsabilidad, en todo lo que esta en nuestra realidad.

Hace unos días deje mi carro mal estacionado, mientras asista a un reunión. Cuando salí  del lugar, ¡mi carro ya no estaba en donde lo había dejado!.

Rápidamente me di cuenta que se lo había llevado la grúa y lo comprobé cuando encontré el papel que habían dejado en el lugar en donde había estado estacionado.

Algo que pude reconocer y que fue extraordinario, fue que en el momento que me di cuenta de lo que había pasado, no me resistí, acepte humildemente mi total responsabilidad.

 Desde ese momento las cosas se desarrollaron con tal fluidez que fue totalmente notorio como es que la no resistencia hace que las cosas sucedan de diferente manera.

Estaba con mis dos hijas, y tomamos un taxi, al decirle al señor que manejaba el taxi que mi carro se lo había llevado la grúa, él inmediatamente dijo, “yo se donde queda el depósito”, y nos condujo inmediatamente al lugar donde quedaba,   que estaba bastante escondido,  y que hubiera sido muy difícil de llegar.

Luego en el lugar, fuimos atendidas con  amabilidad y todo se nos facilitó, cierto es que tuve que pagar una multa (disminuida en un 50%) y en quince minutos estaba ya en mi carro rumbo a mi casa.

Lo que pudo haber sido en otro tiempo, motivo de lamentación y resistencia, fue una experiencia aleccionadora, si, porque no vuelvo a dejar mal estacionado mi carro, pero también fue sorprendente ver como todo fluyó.

Todos fueron amables y colaboradores, sin importar que era la hora de almuerzo, sin ponerse en el papel de jueces ante quien ha cometido una falta, todo lo contario lo que sucedió en los minutos que duró fue una total armonía entre seres humanos.

¡Que agradable!

Con la aceptación, viene la entrega, y con ésta desaparece la expectativa de recompensa,  hasta llegar a vivir en un constante :

“Que se haga tu voluntad y no la mía”

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno, Te entrego todas mis memorias de soberbia, apego y expectativa, para que Tú, las transmutes en luz.

Enséñame a no pedir, sólo entregar sin esperar nada a cambio.

¡Y así se ha hecho!

Lo siento, por favor perdóname

Te amo,  Gracias

Ana Maria

Aloha  Ke Akua


“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


COMO UNA FLAUTA

“Cuando les pregunto ¿qué parte del Señor quisieran ser?, algunos me contestan: Sus ojos, otros , Sus manos, o Su rostro… pero ninguno me dice quisiera ser Su flauta, volverme hueco y dejar que Dios toque a través mío Su melodía” Sathya Sai Baba

 La flauta, instrumento de una simpleza increíble y un sonido tan variado como la naturaleza misma.

 Hecha de materiales simples tomados del entorno, emite sonidos armoniosos e inspiradores.

 Es el instrumento musical más antiguo, se han encontrado flautas hechas de hueso de miles de años de antigüedad, luego, dependiendo de las diferentes culturas fue tomando formas diferentes, en el Perú, tenemos la Quena que emite sonidos profundos y llenos de sentimiento, escuchar la melodía de una quena solitaria en las alturas, es un regalo divino, o quizá, los sonidos graves y misteriosos del Putorino maorí llamando a los espíritus…

 Todas las veces que viaje a la India a visitar a mi maestro, fui acompañada por el sonido agudo y armónico de unas pequeñas flautas parecidas a la flauta que lleva en las manos, Sri Krishna el Avatar Azúl, tocadas por los comerciantes de rosarios y baratijas para atraer a los transeúntes.

 Lo coincidente en todas ellas es que son huecas, dejan pasar el aire y al hacerlo así, el sonido que emiten, nos permite oir sus variadas melodias.

 ¿Podremos volvernos huecos, y dejar pasar por nosotros el aliento de Dios?

 Queremos siempre ser hacedores, protagonistas, estar en control. ¿No será mejor, hacernos huecos y dejar que Dios toque a través nuestro Su melodía?

 El Ho´oponopono es perfecto para este fin, ya que en su practica, no se pide sino que se entrega.

 ¿Cuál es la diferencia?

 Cuando pedimos, estamos expectantes a recibir lo que hemos pedido.

Cuando entregamos dejamos que , aquel a quien le hemos entregado nuestra necesidad o nuestros problemas, decida cual será la manera más conveniente para solucionarlos o abastecerlos.

 La diferencia es enorme, ya que con nuestra pequeña mente humana tenemos limitaciones, la mente universal no las tiene.

 Cuando creemos que la solución es una, para la mente universal hay millones¡!

 ¿Qué es hacerme hueco?

 Es convertirme en instrumento, un instrumento se mueve a la voluntad del hacedor. No es quedarme inmovil o inútil, todo lo contrario, es sacar el mejor provecho de mis capacidades.

Cuando yo le entrego a Dios una necesidad, lo siguiente no es quedarme sin hacer nada esperando la varita mágica que lo resuelva.

Eso no es real, Dios no es un mago.

 Cuando entrego una necesidad con la absoluta certeza que ésta, está siendo recibida (Fe), entonces continúo con mi acción pero nuevamente, con la seguridad que estoy siendo guiado a lo que es mejor y es correcto para mí.

 

Muchas veces en los talleres, ponemos el ejemplo del pasajero que viaja en un avión, va en su asiento, ya sea leyendo, dormitando o conversando, quizá, se parará , caminará o conversará con su compañero, pero en ningún momento se le ocurre ir a la cabina, para ver que el piloto esté manejando y que lo este conduciendo por la ruta correcta ¡No! Solo confia, y se deja llevar.

 Aquel pasajero, ¿se detuvo?, ¿dejó de accionar?, ¡no!, sólo se dejó conducir mientras seguía con sus actividades.

De la misma manera, cuando le entregamos al Poder Superior, Dios, El Universo, Lo Divino, nuestra necesidad, seguiremos con la acción, pero sabiendo que estamos siendo conducidos a puerto seguro.

 Es muy relajante ser pasajero, soltar el control en manos expertas y dejarnos llevar.

 Hacer esto, en todas las actividades de nuestra vida es la mejor fórmula para obrar de la manera correcta.

 Dice un cuento oriental, que estaba un hombre que se preciaba de ser muy devoto en un templo, y le decía a Dios, he venido a visitarte como prueba de mi devoción, no como mi vecino el campesino, que nunca aparece por acá, entonces Dios le contestó, tu vienes unos minutos a visitarme y el resto del día te olvidas de mí, en cambio tu vecino me ofrece cada movimiento de su arado, cada pensamiento y cada respiración, y así, ¡está conmigo todo el día¡.

 A mi me gusta ser como ese campesino, todo el día tengo un diálogo interno con Dios, y nada me es más satisfactorio, Él es el único que nunca me decepcionará, nunca me abandorá y eso que conoce todas mis debilidades.

 

Tu y yo, podemos ser huecos como flautas, pero nunca sentirnos vacios, estaremos llenos del aliento de Dios, ¿Qué más podríamos pedir?

 Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como sólo Uno, te entrego el timón de mi vida para que Tú, seas mi conductor.

 Llévame a puerto seguro y enséñame a ser un buen instrumento en Tus manos.

¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor perdóname

 Te amo, Gracias

 Ana Maria

 


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


Sonrientes

…La bienaventuranza no tiene forma. Hay una sola manera de conocerla, y es en una delicada sonrisa. Dios siempre sonríe…SSB

 La sonrisa siempre ha sido mi compañera, ¡me gusta sonreír!.

Recuerdo cuando era muy pequeña con cinco o seis años de edad, asistía al colegio de monjitas francesas, al terminar las clases del día, algunas de nosotras nos sentábamos en largas bancas para esperar que el omnibus del colegio nos llevara a nuestras casas.

 Algunas veces la madre Elizabeth, la directora, junto con la madre Maria Pia que era la encargada de la disciplina, (monjitas a las que todas las alumnas temían), me llevaban a la oficina principal y entre sonrisas y ternura me daban pequeños dulces y me hacían preguntas, que al responderlas, les hacia sonreír.

Hoy cuando recuerdo esto, me doy cuenta que fueron esas monjitas las que me enseñaron que la autoridad no tiene porque ejercerse con rigidez.

 Tampoco la espiritualidad se conjuga con la rigidez.

 Por alguna bendición especial, he tenido en mi vida contacto con hombres y mujeres, santos y sabios y la constante ha sido siempre su amplia sonrisa.

 En1970, estando en Paris, en el museo de Louvre, me encontraba absorta observando el cuadro de la Monalisa y de pronto a mi costado estaba parado Makarios, él era en ese entonces, el líder espiritual Ortodoxo, y al ver mi sorpresa,   se sonrió, tomo mi rostro entre sus manos y me dijo algo en su idioma, no lo entendí, pero lleno mi corazón de paz, esa visita al Louvre, la recuerdo más por ese momento que por todo lo demás¡!.

 Una sonrisa es un regalo que damos y recibimos. Es una energía circular en movimiento.

 Otra forma de sonrisa es la sonrisa interna, esa, es una práctica oriental, se trata de sentarte en calma y con los ojos cerrados visualizar cada organo de tu cuerpo para luego dedicarle una sonrisa, la sonrisa es sanadora.

 Todos hemos tenido la experiencia de ver la sonrisa de un bebé, e invariablemente a despertado la ternura en nosotros.

Un sonrisa siempre es como un bálsamo refrescante.

 Hay que sonreír por lo que nos gusta y también por lo que no nos gusta.

¿Difícil no?

 Si, estar en paz es ese estado calmo y parejo, es serenidad, ni grandes expresiones de euforia, ni explosiones de rabia.

 Si lo ponemos en lenguaje científico, diríamos que la paz segrega endorfinas y la euforia adrenalina.

La primera nos nutre y la segunda nos desgasta.

 Para mantenerme en paz, es necesario aceptar y recomenzar a cada momento, cuando algo no sale como esperaba y ya no tiene solución,: ¿que gano lamentándome o resistiéndome a lo que aparentemente no fue?

 En cambio cuando re-dirijo,  re- comienzo- encontraré muchos caminos novedosos por donde andar, siempre será una aventura nueva.

 La sonrisa es una expresión que nace del espíritu, y no se puede fingir, una sonrisa fingida será como una mueca: No emite luz.

 En ho´oponopono es la herramienta de la aceptación y la entrega y es por eso que sólo con comenzar a practicarlo ya nos sentimos en armonía.

 No hay cambio posible si primero no está presente la aceptación. Solo podemos cambiar en nuestra vida lo que hemos aceptado como propio .

De lo contrario ¿como hariamos para entregar para ser transmutado, algo que no nos pertenece?

 El camino del Ho´oponopono, comienza con el intelecto o la consciencia, con ella elijo si aceptar o no la memoria como mía, ( aunque invariablemente sea mía).

Luego la memoria es tomada desde el subconsciente o Niño Interior en donde está almacenada junto con todas las demás memorias, desde ese punto elevo al Supra consciente, o Aumakua,: El Yo Soy, la memoria que entregaré para ser transmutada

 

El YO SOY está siempre conectado con la fuente de la creación y desde allí es entregada a esa fuente para regresar transmutada en luz.

Todo este proceso parece largo y complicado al explicarlo, pero al practicarlo ¡sucede en un instante¡

 No es raro que al hacer la entrega de una memoria nos sintamos liberados y eso hará que se dibuje de manera espontánea una sonrisa en nuestro rostro.

 Sonriamos al amanecer y al anochecer, despertemos con una sonrisa de gratitud y vayamos a dormir con una sonrisa de satisfaccion por la labor cumplida.

  ¡Sonriamos a la vida¡  ya que nos conviene más,  andar sonrientes que con una cara de pocos amigos…

 

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento

 

 

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como sólo Uno, te entrego mi ceño fruncido, mi cara de preocupación y de amargura para que Tú, la ilumines con la luz de tu sonrisa.

Enseñame a sonreirle a vida, sonreirle a las pruebas y sonreirle a tu gracia.

¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor perdóname

 Te amo, Gracias

 Ana Maria

 


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


Cuando se deja en control…

«No hay necesidad de salir de la habitación. Basta con sentarse

a la mesa y escuchar. Ni siquiera es necesario escuchar, sólo

esperar. Ni siquiera hay que esperar, sólo aprender a estar en

silencio, quieto y solitario. El mundo se te ofrecerá libremente

para ser descubierto. Él no tiene otra alternativa; caerá en

éxtasis a tus pies.»                                     Franz Kafka

 

Estar en silencio interno y externo es dejar el contol, es no tratar de

influenciar en nada, es simplemente aceptar.

 

Durante gran parte de mi vida traté de controlar mi destino; para ese

fin todo podía servirme, la astrología, la cartomancia, los adivinos,

los rituales para adquirir poderes y nada de eso me dio paz.

 

Yo quería saber, quería estar advertida para poder actuar.

 

Lo que yo no sabía es que el control es miedo, es lo contrario al

amor y la confianza.

 

Cuando el niño duerme en los brazos de su madre no teme, está

entregado y feliz.

Así también podemos relajarnos en los brazos de Dios cuando el

miedo se haya ido.

 

“Cuando el miedo se va, el amor simplemente sucede”

                                                                               Frase Huna

 

Dejar el control es confiar, es permitirnos ir de pasajeros y ya no de

conductor, así podremos admirar el paisaje con tranquilidad.

 

Muchas veces el paisaje es árido, otras peligroso y escarpado pero,

otras muchas veces se nos muestra en todo su esplendor. Igual el

camino será seguro siempre que nos dejemos conducir sin

resistirnos.

 

Muchas veces en los talleres repito, “Entender el Ho´oponopono es

dejar el control, en Ho´oponopono no se pide sino que se entrega”.

 

¿Te das cuenta que, cuando pedimos algo específico estamos

tratando de dirigir la voluntad de aquel a quien le pedimos para que

haga lo que nosotros queremos?

 

En cambio cuando entregamos, dejamos que sea la voluntad del otro

la que decida.

 

A Dios le entrego mis necesidades y Él sabrá cómo y cuándo

abastecerlas, pero lo cierto es que siempre hará lo que es mejor

para mi.

 

Mi intelecto está lleno de limitaciones, sólo puedo pedir lo que

conozco y mi conocimiento intelectual es efímero, en cambio la

Mente Universal es ilimitada y lo que para mí sería la única

solución a un problema, el universo tiene millones de soluciones

para el mismo problema.

 

He aprendido a dejarme llevar, he vuelto a ser la niña en brazos de

su madre. Es una cálida sensación que quisiera compartir contigo.

 

La idea de estar cobijados en brazos de la madre universal nos da

tranquilidad.

 

En mi caso ha habido muchas veces que me he molestado y

aparentemente apartado de esa madre, pero cada vez que he

hecho eso me he sentido tan desolada que he regresado

rápidamente a cobijarme en Sus brazos.

 

No me interesa ser hacedora, prefiero ser instrumento, aunque a

veces me toque ser yunque y no martillo!!

 

Con la aceptación comienza el proceso, ya que sólo puedo entregar

aquello que he aceptado como una creación atraida a mi realidad

por la repetición de mis propias memorias.

 

Cuando finalmente he aceptado esto, recién podré entregar todo

aquello que he creado en mi realidad y que me trae dolor y

sufrimiento, para que la Divinidad lo transmute en luz.

 

Me hace mucho bien recordar que todo lo que está en mi realidad

no es más que reacción, reflejo y resonancia de mis propias

memorias.

 

He aprendido con el Ho´oponpono que con un simple “Te amo,

Gracias” hago la entrega y toda entrega es siempre recibida y

depende de la voluntad divina su transmutación.

 

Dejo el control, mi vida está conducida por una sola voluntad.

La voluntad de Dios.

 

En Sánscrito a la voluntad de Dios se le dice “Sankalpa”, y créeme, no

hay poder humano, que pueda detener ese Sankalpa cuando ha

sido emitido.

 

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo

Uno. Te entrego todas mis memorias de temor y control para

que Tú, las transmutes en Luz.

 

Enséñame a tener fe y confianza y dejarme llevar, guiar por Tu

Luz.

 

¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor perdóname

 Te amo, Gracias

 Ana Maria

 


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


ACEPTAR ES LIBERARSE

Aceptad que haya sido así…

Aceptad que haya sido así, (…)la aceptación de lo que ha

sucedido es el primer paso para superar las consecuencias de

cualquier calamidad».       William James

 

Una vez que hemos aceptado, viene la calma, lo que más nos

lastima en la vida es resistirnos, la resistencia acrecienta nuestro

pesar.

 

Cuando mis hijos eran chicos, se habían organizado de tal manera

que cada fin de semana uno de ellos –de los cuatro–, lavaba los platos,

Ricardo, el tercero, se resistía y el día que le tocaba lavar

los platos renegaba desde que se levantaba y nunca pude hacerle

comprender que más energía gastaba en renegar desde la mañana

que en la media hora que le tomaba lavar los platos!!

 

¿Cuánto tenemos de esa resistencia nosotros mismos?

 

Hoy viene a mí, otro recuerdo de lo que es la no resistencia,

seguida de la entrega.

En octubre de 1974, tuvimos en Lima un terremoto de gran

magnitud, yo tenía a mi primer hijo de dieciocho meses y estaba con

casi nueve meses de embarazo, esperando a mi segunda hija,

cuando sucedió el terremoto cargué a mi hijo y me detuve en el

marco de una puerta del segundo piso, mientras la tierra temblaba y

yo veía aterrada, como los cuadros y los adornos se caían, de

pronto me sobrevino un momento de aceptación, ¡íbamos a morir! y

lo acepté, abracé a mi hijo y ya no hubo resistencia, se acabó el

miedo, había aceptado mi destino y estaba completamente

entregada. Fue como un momento especial, en ese tiempo aún no

había conocido el vivir sin miedo y fue en ese momento que

lo experimenté por primera vez.

 

Cuando no hay resistencia, dejamos de lastimarnos.

 

Todas nuestras rabias, depresiones y frustraciones son porque nos

resistimos a aceptar que las cosas no salen como queremos, y

hasta que no aceptemos que las cosas muy difícilmente van a salir

como queremos, seguiremos violentándonos y alejándonos de la

paz.

 

¿Por qué las cosas no salen como queremos?

 

Es muy simple, vivimos en una realidad dinámica, en donde todo se

mantiene en constante movimiento y lo único que se mantiene fijo,

son nuestros deseos, es muy difícil hacerlos coincidir.

 

La realidad se mueve, cambia, se reacomoda, y muchas veces nos

sorprende con cosas mucho mejores a las que esperábamos, otras

veces serán diferentes y muchas otras simplemente no serán.

 

Soy una convencida que sea lo que sea lo que tenga que vivir es

perfecto para mí y en el momento perfecto.

 

Aprender a aceptar la pérdida, es ganancia.

 

Perdemos muchas veces en el día. Cada cosa que no sale tal y

como la esperábamos es una pérdida y nos genera un duelo,

bueno, lo vivimos y lo soltamos y seguimos en paz.

 

Esa secuencia podría hacernos la vida más fácil.

 

Pero muchas veces hacemos que una pequeña pérdida se

transforme en el duelo de un día completo de mal humor, y si fuera

así, sí habría un motivo real de duelo, porque por algo

insignificante hemos perdido algo sumamente valioso : Un día de

vivir en paz.

 

No perdamos las prioridades, ¿vale más aislarte por un día de mal

humor, que una sobremesa con tus hijos en comunicación

saludable?

 

La aceptación nos une, nos integra, sólo nos separamos para

sentirnos diferentes, soberbios o fracasados, rechazados y

juzgados, o para juzgar y rechazar.

 

Y cuando activamos nuestras memorias negativas, nunca vienen

de a una sino que ¡se activan todas!!

 

Lo mismo pasa con lo positivo, la alegría, el contento y la paz nos

rodea de situaciones que tienen la misma carga positiva.

 Un hombre que no tenga una sonrisa en su cara no puede abrir

una tienda.

                                             Proverbio chino

 La gratitud y la aceptación van de la mano, y como muchas veces lo

he compartido contigo y me lo repito a mí misma, abrir los ojos cada

mañana y agradecer, nos prepara para un día de aceptación.

 

Aceptar no es para nada ser como títeres desarticulados, todo lo

contrario nos convertimos en títeres de nuestras emociones

descontroladas con cada rabieta que hacemos cuando las cosas no

salen como queremos.

 

En cambio aceptar significa utilizar positivamente nuestro intelecto y

nuestra creatividad, es decir el lado derecho de nuestro cerebro y

movernos inteligentemente sorteando y avanzando entre los

obstáculos que hacen el camino más interesante y variado.

 

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo

Uno. Te entrego todas mis memorias de resistencia, control y

terquedad para que Tú las transmutes en luz.

 

Enséñame a aceptar con verdadera entrega, inteligencia y sin

victimización.

 

¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor perdóname

 Te amo, Gracias

 Ana Maria

 


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


SACRIFICIO

La palabra sacrificio puede tener varias interpretaciones, la

interpretación que a mí me llena el corazón es:

Sacrificio es una entrega voluntaria hecha con amor.

 

Es dejar de recibir un bien, para obtener un bien mayor.

Como la madre que deja de comer por la satisfacción de alimentar

con esa comida a su hijo.

 

Es la entrega voluntaria y cargada de amor.

 

Cuando explicamos que en Ho´oponopono hay tres pilares que lo

sostienen, decimos que el primero es:

“Soy ciento por ciento responsable de todo lo que está en mí

realidad”.

El segundo es: “Si yo soy responsable entonces NO SOY VÍCTIMA”.

Y el tercero es “ Tratar de no tener expectativas” sólo esperar tener

paz.

Y quizá llegar a la entrega total y aceptar plenamente: que se haga

Tú voluntad y no la mía.

 

¿Dónde queda el sacrificio entonces?

 

Sacrificio sería el esfuerzo que hago por ser cada día más coherente.

 Ir dejando que sea mí amor el que hable y no mí ego.

 

Cada crítica es un tributo al ego, aunque no sea a una persona

específica, puede ser al gobierno, al medioambiente, a la sociedad,

etc.  

 

(Yo puedo tener una opinión, no estar de acuerdo con algo o

alguien, la crítica implica juzgamiento, me separo para juzgar, es

una mirada hacia fuera, por lo tanto dejo de tomar el ciento por ciento de responsablidad).

 

Sacrificio también es el esfuerzo que hacemos para no actuar

desde el instinto con las memorias que traemos en nuestro cerebro

reptiliano, sino más bien actuar con una conducta aprendida y

moldeada por la buena voluntad y el amor.

 

Hay mucho de sacrificio verdadero cuando dejamos de manipular,

¿Cuántas veces nos colocamos en la actitud de “pobrecito yo”? y de esa forma conseguimos llamar la atención.

 

El sacrificio tiene que ver con dejar atrás el egoísmo, en el ejemplo

anterior es fácil de ver, de pronto se reúne un grupo de amigos con

alegría y uno de ellos llega con cara de sufrimiento, no pide ayuda,

no pide consejo sólo “sufre en público”, se mantiene silencioso y

con cara de sufrimiento; ¿qué sucede? Se acabó el fluir natural de

la alegría, él o ella consiguió llamar la atención, y fue totalmente

egoísta…

 

El sacrificio muchas veces es en el servicio, puedo dejar de hacer

algo que me gusta para emplear ese tiempo en ayudar a alguien y

lo hago con alegría.

 

Finalmente todo lo que creemos hacer por los demás siempre lo

estamos haciendo por nosotros mismos.

 

Los padres trabajamos y nos esforzamos para dar lo mejor que

podemos a nuestros hijos y lo hacemos porque la felicidad de

nuestros hijos nos trae felicidad:

¿para quién trabajamos entonces? Es para nuestra propia felicidad.

 

El sacrificio al ser voluntario y amoroso es algo “no negociable”, eso

quiere decir que si yo trato de obtener un beneficio ya sea material

o emocional por mi sacrificio, éste deja de serlo para convertirse en

un “negocio”.

 

El famoso “sacar en cara”, es manipulación por un lado,

culpabilidad por otro y es una danza entre dos memorias de

egoísmo.

 

Me tomó bastante tiempo entender bien lo que era el sacrificio

verdadero, ya que siempre lo hice desde la victimización.

 

Alguna vez mientras oraba, tuve un momento de lucidez y me dí

cuenta que lo estaba haciendo desde la total victimización:

“Dios mío aceptaré lo que designes para mí” decía,

pero mi actitud era de total victimización, cuando me dí cuenta de

eso comence a aceptar la voluntad de Dios con tranquilidad y sin

resistencia y con la completa seguridad de que cada experiencia en la vida tiene

una razón y una función que se encadenará con otros

hechos, que siempre, SIEMPRE, será lo mejor para mí.

 

Un sacrificio es una ofrenda de amor.

 

Hace mucho que dejé de conducir el carruaje de mi vida, y le dejé

las riendas a Dios.

 

Hoy viajo segura, muchas veces el camino no me gusta mucho, a

veces no me gusta nada!!, pero siempre tengo la seguridad que

llegaré a mi destino y será con bien.

 

 

Para terminar te diré que cuando realmente entendí lo que

significaba practicar el Ho´oponopono, mi vida se encausó por una

vía en donde la victimización ya no tiene lugar, ni siquiera en el

pensamiento, porque cuando un pensamiento de víctima se cruza

por mi cabeza inmediatamente lo entrego a la Divinidad, y así, no lo

dejo prosperar.

 Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo

Uno. Te entrego mis memorias de victimización para que Tú,

las transmutes en luz.

 

Enséñame el significado del verdadero sacrificio y acrecienta en

mí, la alegría de la entrega.

 

¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor perdóname

 Te amo, Gracias

 Ana Maria

 


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


DISCIPLINA

Se conoce como disciplina a la capacidad que puede ser desarrollada

por cualquier ser humano y que implica, para toda circunstancia u

ocasión, la puesta en práctica de una actuación ordenada y

perseverante, en orden a obtener un bien o un fin determinado.

 

La disciplina bien orientada va siempre acompañada de paciencia,

tolerancia, clemencia y constancia.

 

La disciplina sin paciencia se torna en compulsión

La disciplina sin tolerancia se torna en fanatismo

La disciplina sin clemencia se torna en dictadura

La disciplina sin constancia no puede subsistir

 

Muchos estamos familiarizadas con la palabra Yoga, y siempre la

relacionamos con una práctica física.

 

En realidad la palabra sánscrita Yoga, significa simplemente

DISCIPLINA.

 

Hay innumerables formas de yoga, pero uno de los yogas más sublimes

es el Prema Yoga.

“Prema” es el nombre sánscrito que se le da al amor verdadero, al amor

sin apego, ese que se da naturalmente sin ningún condicionamiento.

 

Es en el amor verdadero que se encuentra la compasión, la gratitud y el

perdón, es por eso que el Ho´oponopono nos lleva suavemente y sin

grandes complicaciones a practicar esta disciplina en nuestras vidas.

 

Cuando aprendamos a no juzgar y no criticar, y a aceptar que sea lo que

sea que estamos viviendo lo estamos creando nosotros desde nuestras

memorias de miedo, dolor y rabia, entenderemos que el error está en

nosotros y que así como cometimos el error, también lo podremos

reparar.

 

Esta disciplina de amor, es silenciosa, suave, no se expone como en

una vitrina, ni hace alarde de sus logros.

 

La intimidad que conseguimos tener con nuestro “Yo Soy” y por lo tanto

con la Divinidad, es la más que queremos preservar.

 

Es un amor único, una relación íntima, pudorosa y completa, a más

profundidad, menos exposición.

 

Recuerda que cada vez que alardeamos de nuestra felicidad, de lo

maravillosa que es nuestra relación, de lo perfectos que son nuestros

hijos, del cariño de nuestra pareja, o de lo que sea que queramos

demostrar, eso no es verdadero.

 

Hay un viejo dicho que reza: “Dime de qué presumes, y te diré de qué

careces”.

 

Basta que necesitemos demostrarlo para que sea algo que realmente no

estamos viviendo.

 

Muchas veces escuché a mi maestro decir :

 

“Haz de tu vida una rosa que hable silenciosamente, con el lenguaje

de la fragancia”.

 

(…)Entonces volvamos a la disciplina, es más, a la autodisciplina, ¿cuánto nos cuesta trabajar con nosotros mismos?, ¿cuántas excusas tenemos para dejar de hacer aquello que sabemos que nos está haciendo daño?

¿cuán permisivos podemos ser ante nuestros propios errores y cuán

tajantes con los errores ajenos?

 

Bueno, la disciplina como todo en la vida comienza aplicándola primero

en nosotros mismos.

 

Si lo que hacemos lo hacemos con orden y perseverancia, llegaremos a

ser mejores seres humanos.

 

Los primeros pasos en la autodisciplina, podríamos darlos con nuestro

niño interior o subconsciente, el niño interior activa las memorias que a

su vez se convierten en pensamientos que se disparan sin cesar en

diálogos que podrían ser constructivos o devastadores.

 

Es necesario entrenar, disciplinar a nuestro subconsciente para utilizar

aquellas memorias que nos llevaran a la armonía y la paz en nuestra

vida.

 

Al comienzo puede ser difícil, cuesta tomar las riendas de ese caballo

desbocado en el que se ha convertido nuestra mente, pero poco a poco, con

paciencia, clemencia, tolerancia y constancia, lograremos dirigir

nuestros pensamientos.

 

Otra disciplina es agradecer constantemente, por todo, especialmente

por aquello que nos desagrada, porque de esa manera estaremos

acelerando su transmutación.

 

Alguna vez alguien me dijo que no quería agradecer por aquello que le

diera sufrimiento porque sino se repetiría una y otra vez… no es así, ya

que cuando agradecemos lo estamos aceptando, y es con la aceptación

que podemos realizar la entrega.

 

Toda acción que hagamos podría ser una disciplina de entrega, a eso se

le llama en sánscrito el Karma Yoga, karma significa acción , se trata de

la disciplina de entregar a la divinidad todas nuestras acciones para que

sean transmutadas.

 

Cuando en Ho´oponopono, repetimos incesantemente “Te amo, gracias”,

estamos realizando esta disciplina de entrega y es por eso que nos

sentimos en paz.

 

La disciplina es fundamental en todos los aspectos de la vida, como un

ejemplo básico, basta con observar la disciplina del sol en su órbita.

 

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 

 

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno.

Te entrego toda emoción, todo pensamiento y toda acción, para

que Tú, las transmutes en luz.

 

Enseñame a mantener mi vida dentro de la disciplina del amor verdadero.

 

¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor perdóname

 Te amo, Gracias

 Ana Maria

Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


¡SOLA NO PUEDO!

Mientras mayor disposición demostremos a depender de un Poder

Superior, mayor será nuestra… independencia real.

                                                           Doce pasos y doce tradiciones, p. 39

 

Durante gran parte de mi vida, creí llevar sobre mis hombros todo el peso y eso

resultó agotador y angustiante, cuando finalmente entendí que dependía de

mí el dejar esa carga sobre los hombros de Dios y simplemente volverme un

instrumento y no un hacedor, entonces todo pareció fluir y lo que es mejor:

¡Todo fue posible!

 

Hemos sido dotados de libre albedrío, es decir que tenemos la capacidad de

elegir, entre ser hacedores o instrumentos.

 

Si lo hacemos desde el ego, o sea identificándonos con la mente, el cuerpo

y los sentidos, entonces seremos hacedores y por lo tanto sujetos a la ley de

causa y efecto.

 

Si lo hacemos desde nuestro verdadero ser y cada acto se transforma en

entrega, la acción será nuestra, el resultado de Dios, y adiós a la carga

kármica.

 

Recuerdo cuando era pequeña y, entre las compañeras de colegio repetíamos

la advertencia que escuchábamos a los adultos “Dios te va a castigar”.

 

Con esas palabras se construyen muros altísimos que nos alejan de nosotros

mismos.

 

Esa energía absoluta a la cual llamamos Dios, Poder Superior, Energía

Cósmica, Infinito etc., es una energía de amor absoluto, verdadero, constante,

sin condicionamientos y a la cual todo pertenece, estamos inmersos en

ella y está en todo momento vibrando en amor.

 

¿Cómo podría una existencia así, tener emociones pequeñas como rabia, o

deseo de castigar?

 

Cuan ignorantes podemos ser al comparar algo totalmente infinito e

incomprensible para nuestra pequeña mente (mundana, física, limitada), con

los pequeños sentimientos y reacciones humanas.

 

Preferimos depender de la pastilla para los nervios, del tabaco para la

ansiedad, del alcohol para relajarnos, de la catarsis para desahogarnos, en vez

de depender de nuestra propia divinidad.

 

Siempre serena, siempre inafectada y sin condicionamientos.

 

Ese Poder Superior al que se refiere el párrafo de inicio, “es, está, habita,

es parte de mí y de tí.”

 

Sólo tenemos que conectarnos con él.

 

Mi búsqueda comenzó desde muy pequeña, esa búsqueda no obtuvo

resultados en un comienzo, luego me llevó tantas veces a la India, al Medio

Oriente, sin saber que la respuesta estaba ¡tan cerca!, ¡qué ilusa! (…) lo que

puedo decir a mi favor es que fui perseverante, pero quizá no totalmente

honesta.

 

¿Porque digo que no fui honesta?, porque lo que yo buscaba en un principio era el control y el poder, y para nada la entrega.

 

Este camino espiritual no es algo así como una máquina que te viene con un

manual de instrucciones, no, todo lo contrario, es algo que al comienzo no

entiendes, te complicas, te caes, dudas y reniegas de lo aprendido, pero si

continúas repitiendo una y otra vez la enseñanza en algún momento se derriba

la barrera y ¡zas! lo llegas a comprender, no con el intelecto, sino con el

corazón.

 

Entonces te darás cuenta que comprender es suspender las conductas

equivocadas, el miedo, la rabia, la compulsión y la codependencia.

 

Si todo lo que has aprendido te lo explicas claramente, con la razón pero aún

tienes miedo, ira y angustia, es que aún no has comprendido, sólo lo has

registrado como información.

 

En mis artículos repito una y otra vez, lo hago para mí misma y lo comparto

contigo, es en esta repetición, que en algún momento se dará la comprensión.

 

Finalmente entenderemos que solos no podemos, que si queremos avanzar

y llegar al estado de paz, necesitaremos asociarnos y confiar en ese poder

superior que habita en cada uno de nosotros, porque de lo contrario el camino

siempre será tortuoso, difícil e incompleto.

 

Hoy recuerdo a Carmen, mi amiga que ya no está en este plano, a ella una vez

su hijo de 35 años le dijo: “ Mamá, ya he logrado todo lo que quería, tengo

varios premios internacionales, tengo el trabajo que quería, me casé con la

mujer que amaba, y aún me pregunto ¿es esto todo lo que hay?…

 

Hasta que no hagamos la conexión interna, el vacío estará presente en nuestra

vida, y esa conexión se logra con la entrega.

 

Para mi, encontrar el Ho ́oponopono, fue encontrar la herramienta de la

entrega y la confianza total en mi ser superior, es simple, directa y lógica

y no es necesario andar por los rincones flagelándote o haciendo análisis

interminables de lo que causó este u otro trauma, simplemente lo entrego y

deja de estar en mis manos, ¡Uf, que alivio!!

 

Para comenzar basta con hacer una primera entrega y ver que bien nos va,

entonces nuestra confianza crecerá y seremos capaces de seguir entregando

hasta que llega un momento en el que ya nada nos pertenece, todo queda

entregado y nos convertimos en el instrumento.

 

Sólo es necesario un pequeño ejercicio de humildad y tratar, no negar algo que

no hemos experimentado, sólo tratar.

 

Entonces comprobaremos que hemos estado haciendo esfuerzos

innecesarios pensando que solos podíamos, y no es así, la verdad es que para

lograr la paz duradera, es necesario la entrega incondicional a nuestro Ser

Superior.

 

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 

 

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te

entrego todos mis temores y mi soberbia para que Tú las transmutes en

luz.

Enséñame a derrotarme y después levantarme tomada de tu mano una y

otra vez.

 

¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor perdóname

 Te amo, Gracias

 Ana Maria


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”